
La política monetaria, o al menos su lenguaje, parece cada vez un poco más complejo para los profanos en la materia. La caja de herramientas del Banco Central Europeo y otros institutos monetarios es cada vez un poco más profunda. Sin ir más lejos, esta misma semana, el Banco Central Europeo ha anunciado nuevas medidas para intentar mantener el flujo de crédito en la zona euro y unas condiciones financieras adecuadas para la economía con una novedad. A los cambios anunciados en las TLTRO III, el BCE anunció un nuevo conjunto de siglas: las PELTRO.
Después de anunciar una serie de medidas durante las últimas siete semanas, no había muchas expectativas de que el BCE revelase nuevas herramientas en esta reunión, quizá alguna extensión o intensificación de los programas ya vigentes, pero poco más. No obstante, "el BCE logró sacar a un conejo de la chistera con el nuevo programa de operaciones de refinanciación a largo plazo de emergencia no orientadas (PELTRO, por sus siglas en inglés)", explican los analistas de Jefferies.
Estas PELTRO consisten en siete operaciones de refinanciación que comienzan en mayo de 2020 y que vencen, en una secuencia escalonada, entre julio y septiembre de 2021. Se llevarán a cabo como procedimientos de licitación a un tipo fijo con asignación completa, con un tipo de interés que es 25 puntos básicos inferior al tipo de interés principal, que está en el 0% y que prevalecerá durante la vida de cada PELTRO. Con esta herramienta la banca obtiene un 0,25% de interés pidiendo prestado al BCE más lo que pueda obtener utilizando esa liquidez para el fin que crea conveniente: puede ser para prestar a la economía real, para comprar deuda soberana... La cuestión es que se ofrecen a un tipo fijo con el que siempre gana la banca (ese 0,25%) y la adjudicación es plena, lo que quiere decir que las entidades pueden pedir la cantidad que quieran (siempre que tengan suficiente colateral para dejar en el prenda en el BCE). Esta es una de las principales diferencias con las TLTRO.
En el caso de las TLTRO III, el monto total máximo que los bancos tienen derecho a pedir prestado al BCE es el 50% de su stock de préstamos elegibles (una cantidad de los préstamos que los bancos tienen en balance, entre los que no se incluyen las hipotecas, por ejemplo). Además, la cantidad que los bancos pueden pedir prestada en las TLTRO III hay que restarle la cantidad que hayan pedido prestada previamente en las TLTRO II o en las subastas de TLTRO III que aún estén 'vivas'.
Es decir, las PELTRO no tienen ninguna de las condicionalidades asociadas a los préstamos TLTRO, que tienen unos incentivos (un interés mayor para la banca) que impulsan a las entidades para presten a la economía real y tienen limitada la cantidad que se puede pedir por banco. "En otras palabras, si los bancos estuvieran dispuestos a expandir sus balances y asumir el riesgo, sería una oportunidad fácil para ellos de aumentar sus posesiones de bonos soberanos. En cierto sentido, por lo tanto, el BCE ha vuelto a sacar de su caja de herramientas un instrumento muy similar a las operaciones originales de refinanciación a largo plazo de 2011", explican los expertos de Jefferies.
"Creemos que esto está diseñado principalmente como un respaldo preventivo de liquidez para los bancos que pueden tener dificultades para seguir pidiendo liquidez a través de las TLTRO III. Entonces, espero que haya poca demanda. También puede abrir el camino para que los bancos usen esta liquidez barata para comprar bonos del gobierno con vencimientos más cortos... lo que a su vez puede aliviar un poco más las presiones de financiación de los países", explican desde Oxford Economics.
No obstante, como señalaban los expertos de Jefferies, esta nueva herramienta no lo es tanto, porque se parece mucho a las VLTRO lanzadas en 2011. Las VLTRO (operaciones de financiación a muy largo plazo con unos parámetros diferentes a las TLTRO) lanzadas en 2011 fueron usadas en gran parte por la banca para comprar bonos soberanos, lo cual fue probablemente un resultado no intencionado.
Las VLTRO (very long-term refinancing operations) tenían la intención de apoyar el crecimiento del crédito en la zona euro, según publicó el BCE el día de su anuncio, pero lo cierto fue que gran parte de toda esa liquidez subastada acabó en los bonos soberanos, que por aquel entonces ofrecían unos rendimientos muy atractivos. En esta ocasión quizá los bancos podrían usar esta herramienta para compensar las tensiones en los mercados monetarios.