Economía

Bruselas estudia crear un instrumento para apoyar a las empresas

  • La respuesta al coronavirus no puede ser como la pasada crisis
  • España y otros ocho países piden un plan de recuperación para el sector turístico
El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis
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La crisis que provocará el coronavirus COVID-19 "no tiene precedentes", por lo que la respuesta también tiene que salirse de los manuales, repitieron ayer más de una docena de veces los responsables de Economía de la Comisión Europea, el vicepresidente Valdis Dombrovskis y el comisario Paolo Gentiloni.

"Estamos realmente en una situación sin precedentes", insistió Gentiloni, por lo que la respuesta no puede basarse en añadir más dinero a instrumentos que ya existen. "Necesitamos también instrumentos muy robustos e innovadores", dijo el italiano por videoconferencia en el Parlamento Europeo

Esta crisis requiere "pensar algo fuera de lo establecido", completó Dombrovskis durante la misma teleaudiencia.

Como parte de la respuesta, Dombrovskis anunció que están estudiando crear un instrumento para respaldar empresas solventes en Estados miembros y sectores muy afectados por la pandemia, para asegurar la integridad del mercado común, aunque no dio más detalles.

El nuevo mecanismo formaría parte de la nueva propuesta del presupuesto plurianual para el próximo periodo (2021-2027), y para el fondo de recuperación del coronavirus, que presentarán en un par de semanas.

El presupuesto comunitario y el fondo estarán relacionados, aunque el Ejecutivo comunitario no ha dicho todavía cómo. Y, sobre todo, la Comisión todavía tiene que definir qué cantidad de los fondos para superar la profunda recesión llegará como ayudas directas a fondo perdido ('grants') y qué parte como préstamos que tengan que devolver los socios, como ha sido hasta ahora la respuesta europea.

Sin eurobonos

No habrá mutualización de la deuda ni 'coronabonos', como pedían los que defienden una res-puesta Europea ambiciosa, entre ellos España, Italia o Francia. Pero estos países piden que, al menos, los fondos para la recuperación se basen principalmente en transferencias directas que no disparen las deudas nacionales de los Estados miembros más afectados.

Gentiloni y Dombrovskis adelantaron que habrá tanto ayudas directas como préstamos, y que la inversión relacionada con la recuperación se concentrará durante los primeros años del próximo presupuesto, aunque no precisaron la cifra.

Un papel interno de la Comisión cifró el estímulo fiscal necesario en unos dos billones de euros, que se añadiría a los 3,4 billones que los países ya han movilizado, al medio billón en liquidez canalizada a través de varios instrumentos de la UE, y los 750.000 millones de la compra de bonos del BCE.

"Mi impresión es que hay un cambio de actitud en las instituciones europeas y en los Estados miembros en esta crisis en comparación con la anterior," comentó Gentiloni, destacando que hace una década las respuestas fueron sobre todo nacionales y se impusieron condiciones más duras.

La magnitud de la intervención europea dependerá en parte del impacto de la crisis. La Comisión presentará sus previsiones económicas de primavera el 7 de mayo. Gentiloni adelantó que sus proyecciones estará en línea con las del FMI, que predijo una caída del 7,5% del PIB este año para la eurozona.

Ayudas para el sector turístico

Uno de los sectores más afectados, y que más ayudas recibirá, será el del turismo y el transporte aéreo. Los responsables de Turismo de los Estados miembros discutieron este lunes las ayudas que podrían canalizar. Un grupo de nueve socios, entre ellos España, demandó un plan de recuperación para el sector, con medidas para el corto y medio plazo, sobre todo para las regiones más afectadas. El comisario de Industria, Thierry Breton, indicó la pasada semana que hasta un cuarto de los fondos del plan de recuperación podría ir destinadas al turismo.

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