Economía

España no aprovecha todas sus armas en la carrera por comprar productos sanitarios a China

  • Las empresas han adquirido miles de respiradores y millones de EPIs
Un avión de Iberia transporta mascarillas procedentes de China. Foto: Nacho Martín

Desde que la pandemia de Covid-19 se extendió a Europa y EEUU, el mercado sanitario chino, el único con capacidad para producir las cantidades de materiales de protección necearios -mascarillas, batas, guantes- se ha convertido en el 'Salvaje Este'. Todos los países del mundo están luchando a brazo partido por conseguir suministros fundamentales para salvar vidas y que escasean en todas partes. Y en esta lucha, España ha dejado a sus empresas tomar la voz cantante mientras las numerosas instituciones oficiales presentes en el país no aprovechan todas las armas de las que disponen.

La cantidad de organismos estatales y oficiales presentes en el gigante asiático es enorme. Además de la Embajada y tres consulados, tenemos tres Oficinas Económicas y Comerciales, una Cámara Oficial de Comercio en China y tres Cámaras en ciudades clave, delegaciones de Turismo, Educación y Prensa y el Instituto Cervantes en Pekín. Y a esos e le suma la delegación de la Comisión Europea y la Cámara de Comercio de la UE. Pero su labor se ha centrado más en recibir y coordinar los paquetes adquiridos por empresas, universidades y otras organizaciones privadas -que cifran más de 8 millones de mascarillas, según afirma la Embajada- más que a dirigir la búsqueda de materiales en un mercado extraordinariamente complejo y en el que hay que luchar a brazo partido por conseguir cualquier partida. Y las empresas están llevando ese peso.

"El dinero por delante"

En sus recientes declaraciones, el presidente de la Cámara de Comercio en China ya advertía de lo que estaba pasando. El dirigente, Alberto Lebrón, explicó en una entrevista que la Cámara "está concentrando todos sus esfuerzos en coordinar labores humanitarias con España" y preparar el día después.

Y el expresidente de la Cámara en el Sur de China, David López Martín, advirtió en una entrevista radifónica que las empresas chinas funcionan de forma que "el primero que llegue y ponga el dinero por delante es quien se lo lleva". Un motivo por el que resulta fundamental contar con proveedores conocidos y con una red de suministro, transporte y contactos fiables ya establecida.

Unas normas que el Gobierno ignoró en sus recientes compras de material a China. Sanidad tuvo que rectificar en el BOE su intención inicial de hacer las compras sin pagar por adelantado, lo que hacía casi imposible encontrar proveedores.

Poco después, los polémicos test rápidos defectuosos fueron adquiridos a un proveedor que ni siquiera estaba en la lista de suministradores fiables enviada por la Administración china a la Embajada, a través de contratos que fueron gestionados por empresas de yesos y cosmética a los que Sanidad adjudicó la compra. Un error que no han cometido las numerosas empresas españolas presentes en el país que sí están poniendo sus redes al servicio de las necesidades sanitarias del país.

El 'Ibex' al rescate

Según los datos de la Fundación Consejo España China, una organización privada creada para fomentar las relaciones bilaterales entre ambos países, la lista de empresas que han puesto su granito de arena es larga.

Por ejemplo, Técnicas Reunidas ha entregado a la Embajada más de 40.000 unidades de mascarillas, batas y termómetros, y otros 45.000 a través de sus socios chinos. El BBVA ha enviado tres cargamentos con 1.000 respiradores y 400.000 mascarillas. La Corporación Mondragón, a través de sus filiales Bexen Medical y Mondragon Assembly, producirán 10 millones de mascarillas con máquinas adquiridas en China.

Y la lista continúa. Inditex ha fletado diez convoyes cargados con hasta 25 millones de EPIs. Iberia ha creado un corredor aéreo entre España y China, con aviones cedidos por Airbus al Ejército. Y una alianza formada por estas empresas, junto con Iberdrola, Telefónica, Endesa y ACS, han enviado más de 3.700 respiradores conseguidos con la ayuda de Huawei y Sansung, entre otras.

Una labor que contrasta con el realizado por los organismos públicos presentes en el país, cuya tarea se ha limitado a "coordinar y facilitar la llegada de material sanitario", ante el fiasco de las compras que intentaron gestionar directamente. Una prueba más del valor de la red comercial que han desarrollado las empresas españolas en el país, capaces de reaccionar con mucha más velocidad y acierto a una crisis como la que está asolando al mundo. Pero, sobre todo, un gran signo de interrogación respecto a la utilidad de la enorme cantidad de instituciones oficiales que tenemos presentes en un país tan fundamental.

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