
Las negociaciones fueron duras y tediosas. Durante un mes, los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) llegaron a un entendimiento para hacer frente a las consecuencias económicas del coronavirus. El acuerdo llega 64.000 muertos después del inicio de la pandemia en la Unión Europea. Y, pese a que se movilizará más de medio billón de euros, las cuantías a repartir en forma de ayudas pueden ser claramente insuficientes para algunos de los países más afectados, como España.
Así, de los 540.000 millones acordados, sólo 240.000 millones se entregarán a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Y, aunque se vaya a ser muy flexible en las condiciones de concesión de los préstamos, hay fijado un límite equivalente del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) de cada país, por lo que España sólo podría optar a 24.000 millones de euros en préstamos estatales. Al margen quedan, por el momento, los 200.000 millones de euros que prestará a las empresas el Banco Europeo de Inversiones y el fondo contra el desempleo de la Comisión Europea, que dará hasta 100.000 millones a los estados miembros y que habrá que esperar a ver bajo qué criterios se reparten.
Los 24.000 millones de euros a los que opta España como máximo palidecen ante las cifras que el propio Gobierno español ha puesto sobre la mesa para intentar levantar la economía del país. De esta forma, sólo en la primera fase de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) se han dedicado 20.000 millones de euros, y se agotaron en cuestión de horas. El segundo tramo, de la misma cuantía, se anunció este jueves y la banca también lo da por agotado tras su activación este viernes. El plan económico del Gobierno prevé hasta 100.000 millones de euros en avales del ICO.
La aportación a España del MEDE tampoco es comparable con lo que está moviendo en liquidez el propio sector bancario español, diez veces más, hasta 240.000 millones de euros en forma de financiación al margen del ICO: Santander movilizó una línea de 20.000 millones para empresas, pymes y autónomos y otros 70.000 millones para particulares; BBVA dedicará 25.000 millones en préstamos a pymes y autónomos; Bankia lo hará con 14.500 millones; Kutxabank con 26.000 millones, etc.
Por otra parte, los préstamos del MEDE limitados al 2% del PIB se antojan escasos al acudir a los datos macro. El propio PIB español cayó precisamente un 2% en marzo, a pesar de que el confinamiento se impuso a mediados de mes, por lo que el grueso de ese retroceso representa apenas dos semanas. Según un análisis de Fedea, BBVA Research y la Fundación Rafael del Pino, la caída puede alcanzar hasta un 4,5% de la producción anual de España, si bien resultará clave el tiempo que tarde en ponerse coto a la enfermedad para, posteriormente, relanzar la economía.
En este sentido, Francia ofrece cifras a tener en cuenta: retrocedió un 6% en el primer trimestre del año pese a que la pandemia llegó más tarde que a España o a Italia y le ha golpeado con menos dureza en cuanto a contagios y víctimas mortales. El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, señaló que cada quincena de confinamiento merma 1,5 puntos al crecimiento anual.
A la vista de estas cifras, parece que la solidaridad interterritorial europea se volverá a quedar corta, por lo que los gobiernos de España e Italia no cejarán en su empeño de mutualizar la deuda a través de los llamados "coronabonos" a los que siguen oponiéndose países como Holanda y Alemania, menos perjudicados por el coronavirus tanto en lo sanitario como en lo económico.
Hace unas semanas, la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, ya avisó que la solución de los créditos del MEDE se quedaría corta para España. "Por supuesto que no consideraríamos suficiente un mecanismo que supusiese proporcionar liquidez a aquellos países que puedan necesitarlo, o incluso con carácter precautorio, puesto que esto no supone una verdadera respuesta europea desde el punto de vista fiscal," indicó Calviño.