Economía

El plan de salvación de Europa contra el coronavirus: ¿Qué es, cómo funciona el MEDE y qué pintan los coronabonos?

  • El Mecanismo de Estabilidad se utilizó en 2012 para salvar al euro
  • A pesar de su éxito tuvo un sesgo negativo asociado a la austeridad
  • Su capacidad puede llegar a solucionar el choque que hay con los coronabonos
El presidente del Eurogrupo, Mario Centeno.

El plan de salvación de Europa ante el más que probable colapso de la economía por el coronavirus pasa por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Una red de seguridad que se creó por las autoridades europeas para dar auxilio de emergencia a países en 2012 y que fue utilizado para rescatar Grecia, Chipre, Irlanda, Portugal y España. Aunque nuestro país se limitó a ayuda financiera para los bancos. Aquí va una guía básica de lo que están negociando los líderes europeos y por qué recuerda tanto a la crisis de 2012.

Los líderes europeos están intentando desbloquear de nuevo este mecanismo para ofrecer asistencia a los países europeos. Por culpa del coronavirus se han tomado ya decisiones históricas y con una rapidez casi sin precedentes. Por primera vez el Pacto de Estabilidad, que mantiene a raya los déficit y la deuda de los países, se ha suspendido. También se ha suprimido la prohibición de ayudas estatales al sector privado. Y Alemania, que marca el ritmo de Europa, ha levantado temporalmente su sagrado límite del endeudamiento. Ayer parecía que los eurobonos quedaban descartados en el Eurogrupo, pero se avanzan en sacar de la chistera el MEDE. 

¿Cómo funciona?

El MEDE es un enorme fondo con capacidad para emitir deuda en los mercados a medio y largo plazo, con vencimientos de hasta 30 años, respaldados por todos los países miembros de la zona euro. Además tiene la agilidad para establecer préstamos con los Estados, entidades financieras u otros agentes del mercado. Tiene una capacidad de 500.000 millones para inyectar capital a los socios comunitarios.

Actualmente, cuenta con un capital suscrito total de casi 702.000 millones de euros. Digamos que es el patrimonio disponible para movilizar los 500.000 millones. De los 700.000 millones, 80.000 millones son capital desembolsado por los países de la zona. El resto son garantías exigibles a los Estados. Actualmente, cuenta con una disponibilidad de 410.000 millones al estar utilizándolo todavía países como Chipre, Grecia y España.

¿Cuál fue el origen?

El MEDE fue diseñado en 2010 en mitad de los ataques especulativos al euro y al miembro más débil, Grecia, pero no fue hasta 2012 cuando se activó para parar la caída del dominó tras el segundo rescate al país heleno. Entre los principales objetivos del airbag de la zona euro es mantener conectados a los países a los mercados para que puedan seguir financiando y evitar un contagio a otros países. En la crisis del euro, las economías más débiles fueron cayendo una a una, hasta que salió al rescate el BCE con el famoso "haremos todo lo necesario para salvar el euro y créanme será suficiente" de Mario Draghi. Pero la andanada del banquero italiano no hubiera sido posible sin el respaldo del MEDE.

¿Las ayudas a los Estados sale gratis?

Este extremo es importante para entender los mecanismos del MEDE. Las ayudas a los Estados que lo soliciten no es gratis, está condicionada al cumplimiento y la supervisión de la Comisión Europea, BCE y el FMI para cumplir con sus criterios. Aunque no está claro si en esta ocasión se aplicará un control tan exhaustivos como hace ochos años, países como Alemania u Holanda invocarán los poderes de la troika, los hombres de negro y los MOUs (memorándum de entendimiento donde quedarán explícitos los compromisos para recibir las ayudas). En 2012, estas exigencias fueron las que liberó las cadenas del BCE para poder salir al mercado sin las manos atadas y poder barrer con toda la deuda europea.

El MEDE puede actuar en varias direcciones. Por un lado, puede adquirir títulos de un Estado en mercados de deuda primarios y secundarios. Podría llegar a comprar deuda directamente a un país. Proporcionar ayuda financiera con carácter preventivo a través de una línea de crédito. En la práctica, supone guardar las apariencias para evitar que el BCE aparezca como prestamista de último recurso de los Estados. Además, de financiar operaciones de recapitalización de bancos mediante préstamos a los gobiernos.

¿Quién manda en el MEDE?

Como en todos los fondos hay unos partícipes que son los accionistas del MEDE, los Estados miembros de la zona euro. Tiene un Consejo de Gobernadores compuesto por los ministros de Finanzas. Los mismos componentes del Eurogrupo. El mismo órgano informal de la Unión Europea, donde se decidió el destino del euro en 2012. El Consejo de Gobernadores está presidido por la presidencia del Eurogrupo. Actualmente está al frente el portugués Mario Centeno. Pero además, el MEDE también tiene un consejo de administración y un director gerente, supeditado al Consejo de Gobernadores. Los propios estatutos de la institución establecen que las condiciones de las ayudas serán negociadas entre el Estado miembro que pida ayuda y la Comisión Europea, en colaboración con el BCE y si es posible, también se solicita la participación activa del FMI. La última palabra de las ayudas la tiene la troika. Sin embargo, en las actuales circunstancias provocadas por el coronavirus puede que no adquiera connotaciones tan negativas como en las crisis de Grecia y el resto de países periféricos.

¿Y si existe el MEDE qué pintan los coronabonos?

España, Italia y Francia están haciendo un frente común en Bruselas para la creación de coronabonos. Esta crisis está reviviendo los episodios de la crisis de 2012. En su momento, la quimera para sacar a los países de la recesión y de los problemas de financiación fueron los eurobonos. Y otra vez han vuelto a escena. Lo que piden muchos países frente a las reticencias de Alemania y otros países del norte es la posibilidad de emitir deuda de forma conjunta. En el fondo la propuesta de los coronabonos es la misma que la de los eurobonos: poder mutualizar las pérdidas entre todos los países. Todo lo que tenga que ver con emisiones soberanas conjuntas va mucho más allá del MEDE. Implica un Tesoro compartido que a la vez implica un paso de gigante hacia la unión fiscal, un rubicón que Alemania no ha estado dispuesta a dar durante estos años, ni en los peores momentos para el euro. Por otro lado, el propio MEDE tiene posibilidad de emitir deuda en última instancia, sin embargo la fórmula de los bonos compartidos en teoría tendría mayor flexibilidad y más largo alcance en el tiempo. De momento, la deuda conjunta está bloqueada, pero lo cierto es que la actual crisis sanitaria no está discriminado por presupuestos equilibrados, ni cuentas saneadas. A ojos del virus no hay países cumplidores y países incumplidores, que fue lo que estuvo a punto de quebrar el euro. El apellido corona para los eurobonos puede facilitar una solución imaginativa a medio plazo para avanzar en un euro más fuerte.

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