
Los líderes europeos se vuelven a enfrentar a las grandes noches de duras negociaciones para rescatar a la economía europea. Con el camino de los coronabonos prácticamente bloqueado por el mismo bloque de países que durante los años de la última recesión frenaron las medidas drásticas para salvar al euro, se va imponiendo la idea de que intervenga el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), la herramienta que ayudó a Grecia, Irlanda, Portugal y España en 2012. Sin embargo, esta fórmula plantea algunas deficiencias como su limitada potencia de fuego y que, en la práctica, no será una medida global para todos los países de la zona euro, solo para los más débiles.
El fracaso del Eurogrupo y el Consejo Europeo para movilizar a todos los países en una sola dirección contra el colapso económico que está provocando el coronavirus, apunta a que el MEDE será la solución para ayudar en la recuperación económica. Los ministros de Finanzas acordaron activar las líneas de crédito del organismo con un límite del 2% del PIB. España prácticamente ha comprometido el 20% de su PIB en movilizar recursos para paliar los efectos del virus. Italia y España amenazaron ayer con plantar al Consejo de Europeo por las vaguedades de las conclusiones de la reunión.
Los sospechosos habituales, Alemania, Austria y principalmente Holanda, frenaron la ambición del bloque de España, Francia e Italia de impulsar los coronabonos, aunque si abrieron la puerta a que la Comisión Europea pueda emitir deuda y preste ayuda financiera, una pirueta que lleva de cabeza a que el MEDE sea la institución europea que canalice el rescate. Pero llegada la hora de la verdad, no hubo consenso entre los líderes europeos para dar luz verde al acuerdo de los ministros de Finanzas. Todavía Alemania y Holanda creen que es el momento de que los propios países actúen con su propios recursos, una vez que se ha suspendido temporalmente el Pacto de Estabilidad con sus controles sobre el déficit y la deuda.
La vía del MEDE sigue siendo la vía más plausible para que a medio plazo se articule ayudas europeas. Lejos de lo que pueda parecer, y a pesar de que fue una herramienta fundamental en 2012 para proteger al euro, el fondo de rescate plantea dudas entre los expertos para que sea la respuesta adecuada.
Los créditos del MEDE están diseñados para abaratar los costes de financiación
"El primer problema sería la potencia de fuego relativamente pequeña del MEDE", exponen Gregory Claeys y Guntram Wolff en un reciente informe del think tank europeo Bruegel. Aunque el fondo tiene una capacidad de 500.000 millones, actualmente solo tiene 410.000 millones. El resto está comprometido en los anteriores rescates de 2012. Con lo que su capacidad es aún menor, "está limitada drásticamente su alcance para reducir las necesidades de financiación" de los países que se encuentren con problemas, indican los economistas.
Pero no es el único problema que plantea desempolvar de nuevo el MEDE. Alemania y Holanda están empeñado en la solución de líneas de crédito, aunque el fondo de rescate también puede adquirir títulos de un Estado en mercados de deuda primarios y secundarios, comprando deuda directamente a un país. Pero el diseño de los préstamos solo sería útil en estos momentos para como Grecia, Portugal, Italia y España, dejando fuera a los que se pueden financiar en los mercados con intereses cero o negativos. El MEDE, aunque aplica unos tipos muy beneficiosos a sus préstamos, no llega a los actuales niveles que ofrecen los inversores en el mercado a la deuda alemana, holandesa o austriaca.
El ministro de Finanzas de Holanda, Wopke Hoekstra, defendió ante sus socios que el recurso de las líneas de crédito del MEDE debe ser de última instancia y sujeto a condicionalidad. A pesar de que la crisis sanitaria y que sus efectos económicos golpearán en cada rincón de la zona euro vuelve abrirse la guerra norte y sur en el euro, la de deudores y acreedores. Los expertos de Bruegel resaltan este extremo como la principal deficiencia del plan de rescate "la mera mención del MEDE o de un MoU son políticamente tóxicos en la mayoría de estos países", que solicitaron los rescates de 2012. Suponen invocar a los fantasmas recientes de la troika y los hombres de negro exigiendo brutales recortes a los gobiernos.
"La lógica política apunta a que si alguna vez hubo un momento para la solidaridad en Europa es ahora. El hecho de que los europeos se ayuden mutuamente o no en esta grave emergencia definirá durante mucho tiempo lo que representa a la Unión Europa, entre la solidaridad o mi país primero", comenta Holger Schmieding, economista jefe de la firma Berenberg.
"La hora de la solidaridad europea es ahora o nunca"
El BCE, como ya ocurrió en el pasado, ha vuelto a remendar la situación para que el escenario político no se convierta en un callejón sin salida. Mientras el Eurogrupo, la sala de guerra de las crisis económicas, se iba al traste, el banco central rompía las cadenas para que su capacidad de 750.000 millones de compra de deuda fuera discriminada y por países. Sin modificar sus reglas, el BCE para comprar deuda italiana tenía que comprar proporcionalmente deuda alemana, un sin sentido cuando el bund se encuentra en terreno negativo.
Los expertos de Bruegel recuerdan en la necesidad de adoptar un plan para no dejar solo al BCE para evitar una crisis financiera. En cualquier momento, "los mercados pueden intentar probar los límites del BCE y poner a prueba su lo que sea necesario". A diferencia de la Reserva Federal que ha anuncia compras ilimitadas de todo tipo de activos, como deuda corporativa o municipal, el BCE puede encontrarse con muchos problemas políticas para dar un paso de tal envergadura. Los mismos países que bloquean los coronabonos, también tienen presencia en el Consejo de Gobierno del BCE. Por no hablar de la presión externa. Cada vez que ha roto una frontera ha sufrido fuerte críticas, hasta el punto que Alemania le ha llevado a los tribunales por supuestamente extralimitarse de su mandato.
Tras la crisis monetaria, sino antes, comenzará la crisis económica. Todos los países han lanzado millonarios planes de urgencias para evitar un colapso y la Comisión Europea ha suspendido los controles de déficit y deuda. La medida histórica que ha tomado Bruselas, solo favorece a los países ricos que tengan margen fiscal. A la vuelta de la esquina países como España, se encontrarán con una caída del PIB que superará el 5%, miles de parados, una deuda apuntando al 150% del PIB y un déficit que rondará el 10%, recuerdan los economistas de Bruegel.
Los expertos señalan al MEDE como pieza clave en el diseño del rescate, pero no como la sucursal de un duro prestamista. "Sería muy útil aprovechar las capacidades actuales del MEDE, se podría aumentar la base de capital y si es necesario ponerlo a disposición del bazuca del BCE", comenta Schmieding.
En la misma línea se pronuncian Claeys y Wolff de Brueguel. "El tamaño del MEDE debería incrementarse significativamente para que pueda emitir bonos a gran escala sobre un billón de euros. Para que el MEDE pueda hacer esto, su capital exigible debería incrementarse significativamente y probablemente se requerirían algunos cambios en su base legal", subrayan.
En definitiva, sería una manera de facilitarle la vida al BCE y no dejarle en cada solo en cada crisis. El MEDE podría asumir la tarea de los famosos coronabonos y el BCE. "Políticamente sería más fácil de comprar para el BCE que la deuda nacional, ya que los posibles riesgos fiscales relacionados con la tenencia de la deuda nacional correrían a cargo del MEDE", indican los expertos.