Economía

Pactos de la Moncloa: el imposible regreso al futuro

  • Casado tilda la propuesta de "señuelo para hacer corresponsables a los demás"
  • CEOE lo apoya pero lo ve "difícil" y pide políticas con más rigor presupuestario
Pactos de la Moncloa. eE

Desbordado por la evolución de la pandemia, angustiado por las graves denuncias judiciales, de los medios de comunicación y de las redes sociales, y nervioso por la pérdida de votos que revelan las encuestas, Pedro Sánchez consultó a su mentor Iván Redondo quien le alentó a resucitar los Pactos de la Moncloa.

Esos históricos acuerdos de actuación jurídica y política y de saneamiento y reforma de la economía que, a instancias el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, firmaron en octubre de 1977 los principales partidos políticos con representación parlamentaria, con el apoyo de las asociaciones empresariales y del sindicato Comisiones Obreras -UGT se opuso en principio y firmaría más tarde- comprometiéndose a su cumplimiento y desarrollo.

Así, comentan dirigentes sociales próximos a la Moncloa, que se gestó la propuesta que Sánchez hizo pública en su tedioso discurso del sábado 4 de abril. Una idea que Redondo copió de las sugerencias publicadas en algunos medios de comunicación, y que tenía una triple intención: corresponsabilizar a la oposición y a los agentes sociales de la gestión de la crisis sanitaria, involucrarles en las decisiones económicas y ganar tiempo para mantenerse en el Gobierno el mayor tiempo posible, evitando de paso las posibles acciones judiciales que ya se están formulando contra él mismo y algunos de sus más directos colaboradores por determinados colectivos de la sociedad civil.

La propuesta tiene muy pocos visos, por no decir casi ninguno, de salir adelante. En primer lugar, porque la formalización de esos acuerdos obligaría, ineludiblemente, a la ruptura del gobierno de coalición socialpopulista. "Con Podemos no hay pactos que valgan", han dicho ya desde la dirección del PP, que hace de la salida de Iglesias una exigencia "sine qua non".

Pero no es sólo el PP. También desde la patronal, abierta en principio al gran acuerdo, se recela de Podemos, e incluso destacadas voces de la vieja guardia del PSOE han advertido ya a Sánchez de "que Pablo Iglesias es un obstáculo porque no inspira confianza". Y es sabido que determinados ministros no ocultan su hartazgo de las maniobras y las tácticas de propaganda del vicepresidente segundo.

En Moncloa saben también que si se rompe la coalición Podemos se echa al monte. "Eso no sería obstáculo si se consigue el respaldo de todos los demás a un gobierno monocolor del PSOE con Sánchez como presidente", apuntan las citadas fuentes socialistas, pero el problema es que en el Ejecutivo también son conscientes de que no van a contar con el apoyo de todos los demás.

De los contactos mantenidos hasta hoy, se desprende que Casado va a condicionar los pactos para hacerlos imposibles. El PNV los respaldaría siempre que afecten sólo a materias económicas y sociales. Los separatistas catalanes los boicotearán. Los empresarios sí los quieren, pero los sindicatos los temen y los dificultarán.

Casado: "es un señuelo"

Empezando por la oposición mayoritaria, el líder de los populares, Pablo Casado, asegura que la propuesta de resucitar los pactos de la Moncloa "es un señuelo para hacer corresponsables a los demás de la mala gestión de la pandemia", mientras apostilla que ahora "no hay que ir a 1977, sino pensar en 2021".

El único apoyo incondicional lo ha recibido Sánchez de Ciudadanos. "Me encantaría que hubiéramos tenido otros pactos parecidos a los de la Moncloa", ha declarado Inés Arrimadas, una entusiasta de la idea, aunque es consciente del poco peso parlamentario que tiene hoy.

Con Vox no se cuenta. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ya ha comentado que "han decidido quedarse al margen". Opinión que viene avalada por la actitud del propio Abascal al negarse a coger el teléfono al jefe del Gobierno.

En el PNV, no hay una oposición frontal pero el mensaje que han hecho llegar a la Moncloa es que "se dejen de globos sondas", mientras los socios de ERC ven en la propuesta un intento de recurrir a "las soluciones de la derecha", y no están por la labor.

CEOE, sí con reparos

Desde el lado de los agentes sociales, fundamentales para el éxito de los acuerdos, la CEOE muestra, una vez más, su disposición a "ponernos al servicio del Gobierno", pero exigen "otra política económica" para que el país se levante. "Aventuras populistas de uno u otro signo no valen", explica el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, quien añade que para esa reconstrucción económica que se plantea en la propuesta del Gobierno

Los autónomos lo ven difícil

En la misma línea, Lorenzo Amor, vicepresidente de la patronal y presidente de la federación de autónomos ATA, apunta que "ojalá se puedan reeditar los pactos de La Moncloa, aunque tengo mis reservas. Las políticas económicas y laborales son muy diferentes a uno y otro lado del espectro político. Unos apoyan la iniciativa privada y la empresa como base para crear empleo y bienestar social y otros apoyan lo Público para ese objetivo". En resumen, "lo veo muy difícil".

Más opacos se han mostrado los sindicatos mayoritarios, aunque tienen serios "recelos". Por eso no quieren pronunciarse, aunque sotto voce coinciden con los mismos miedos que Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), "el regreso a las soluciones de la derecha".

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