
La recuperación económica de EEUU ha sido notable si se compara con la del resto de países desarrollados. El PIB per cápita (a precios constantes) se ha incrementado un 10% desde los máximos de 2007, la tasa de paro se encuentra en el 3,6% y la Reserva Federal ha tenido tiempo de poner en marcha un ciclo de subidas de tipos de interés para evitar el sobrecalentamiento de la economía (algo que no han podido hacer la zona euro o Japón, por ejemplo). Sin embargo, la participación en el mercado laboral no ha logrado recuperar prácticamente nada del terreno perdido tras la crisis.
Esta tendencia, que viene de lejos, se agudizó en 2008 y ahora que el desempleo está en mínimos desde 1969 no muestras signos de recuperación, lo que ha generado cierta preocupación. La participación laboral (junto a la productividad) es uno de los pilares del crecimiento económico. Todo hace indicar que la demografía y un cambio en las preferencias personales están detrás de este descenso en la porción de personas activas que ha pasado del 67% del año 2000 al 63,4% actual, pese al empujón cíclico de los últimos años.
Por un lado y de forma destacada se encuentra la transición demográfica. En EEUU la participación laboral se calcula de forma habitual con todos las personas que están trabajando o que buscan empleo de forma activa que son mayores de 16 años, por lo que una mayor proporción de jubilados lastra la participación laboral. En Europa habitualmente se utiliza la tasa de actividad acotada a la población entre 15 y 64 años, por lo que la mayor parte de los jubilados quedan fuera de la ecuación y la tasa de actividad no se ve lastrada por esta tendencia. No obstante, equiparando los parámetros, el descenso en EEUU sigue siendo llamativo.
Por un lado, el baby boom en EEUU dio comienzo a mediados de los años 40 y comenzó a desvanecerse en la década de los 60. Este explosión de la natalidad sucedió, por ejemplo, antes que en España y fue más intensa, por lo que sus efectos sobre la población activa son más apreciables en este momento. Hay que tener en cuenta que cuando el baby boom estaba naciendo en EEUU, España se encontraba sufriendo las secuelas de una cruenta Guerra Civil, la dura posguerra, que obviamente no es el mejor escenario para dar rienda suelta a la natalidad. La explosión de la natalidad en España llegó bien entrados los 50 y se mantuvo hasta los 70, por lo que los baby boomers empezarán retirarse ahora, mientras que en EEUU llevan haciéndolo ya varios años.
Las tendencias estructurales mandan
Esto deja entrever que la decadente participación laboral en EEUU forma parte de una tendencia estructural causado por los baby boomers que comenzaron a jubilarse con la entrada de la década de los 2000. Varios economistas de la Reserva Federal de Filadelfia explicaban en un trabajo publicado en 2019 que "de lejos los mayores conductores de la participación laboral son las fuerzas seculares como las demográficas o los cambios culturales en la sociedad". Esto deja en un segundo plano las fuerzas cíclicas, que conducen a un aumento de las personas dispuestas a trabajar cuando la economía crece y se genera mucho empleo (resulta más atractivo sumarse al mercado laboral), y a un descenso cuando el PIB retrocede y se destruye empleo neto.
"Por ejemplo, en los últimos 25 años del siglo XX , la fuerza secular que incrementó la participación laboral fue la irrupción de la mujer en la fuerza laboral". Gracias a esta tendencia, la participación laboral en EEUU tocó techo en el año 2000, justo cuando la tasa de actividad de la mujer alcanzó su punto álgido. Desde entonces, la participación de la mujer ha caído levemente (unos 2,8 puntos), mientras que la de los hombres se ha desplomado en 5,8 puntos, según datos del Bureau of Labor Statistics (BLS).
Demografía y otras razones
"Ahora, el mayor factor demográfico que está influyendo en una población que envejece con la generación del baby boom que comienza a retirarse. Durante la actual recuperación, la marea creciente de baby boomers jubilados ha sobrepasado la recuperación cíclica en la participación laboral", aseguran los economistas de la Fed de Filadelfia.
No obstante, estos expertos explican que desde la entrada del nuevo siglo hasta 2010 han sido tres los factores (con casi el mismo peso) los que han lastrado la participación laboral: personas que prefieren estudiar, alguna incapacidad para trabajar y el ya citado aumento de los jubilados. "Sin embargo, desde 2010, el descenso de la participación laboral ha estado impulsado únicamente por las jubilaciones, mientras que los otros factores se han mantenido constantes".
Sin embargo, esto no es el único factor detrás del descenso de la participación laboral, resulta sorprendente el declive en la participación entre varones de 25 y 54 años. La tasa de actividad en este grupo llegó a ser del 97% a mediados de los 60 y hoy lucha por mantenerse en el 89%, una caída de ocho puntos porcentuales. Por el contrario, el mismo grupo de edad en el sexo femenino ha mantenido una participación relativamente constante desde que culminó el proceso de incorporación de la mujer al mercado laboral.
Desde la Fed de Filadelfia recalcan que este descenso entre los varones ha sido más pronunciado entre aquellos que no tienen estudios medios o menos, mientras que ha sido menos pronunciado para los que tienen un titulo universitario o más. "Una factor que puede explicar esto es la creciente brecha salarial entre los trabajadores con elevada y baja formación". La era de la tecnología ha incrementado la demanda de perfiles con una cualificación elevada y concreta.
A este proceso hay que sumarle el de la decadencia del empleo en la industria en los países desarrollados. En solo 15 años EEUU ha perdido casi cuatro millones de empleos en la industria. "El salario medio para los trabajadores con educación media o menos no solo ha caído en términos relativos (parte de la tarta salarial), también lo ha hecho en un 15% en términos absolutos entre 1973 y 2016", concluyen los expertos de la Fed.
Chad P. Bown y Caroline Freund, economistas del Peterson Institute for International Economics, aportan otras pistas (además de las señaladas anteriormente) cuanto menos curiosas acotando el periodo a los años posteriores a la crisis financiera hasta la actualidad: "La participación de la fuerza laboral en EEUU ha caído drásticamente en los trabajadores que se enfrentaron largos períodos de desempleo a raíz de la crisis financiera". Desde 1995, alrededor de un millón más de personas entre 30 y 54 años aparecen en los registros del seguro por incapacidad laboral. Estos expertos hacen especial hincapié en el aumento las personas que alegan incapacidad para trabajar o algún tipo de enfermedad. Estos dos factores "se han visto agravados por la crisis de los opiáceos.
Por último, según datos que aporta el BLS, los mayores descensos en la participación laboral desde 2008 en términos relativos y por grupos de edad se han producido en la franja de edad de 16 a 24 años de hombres y mujeres. Esto se explica por un cambio en las preferencias entre los estadounidenses, que ahora optan por dedicar más años a las formación que en el pasado. Las personas que están cursando estudios y no buscan empleo están fuera de la fuerza laboral.
Ante el goteo de nuevos jubilados, el bajo crecimiento de la población y las nuevas preferencias de los ciudadanos americanos, la Fed de Filadelfia prevé que la participación laboral caiga en otros cuatro puntos porcentuales a finales de esta década, justo coincidiendo con el fin de la jubilación de la generación del baby boom. Esto podría dejar la tasa de participación laboral en EEUU por debajo del 60% con serias implicaciones para el crecimiento potencial.