La Reserva Federal de EEUU lleva dos semanas interviniendo en el mercado monetario para reducir las tensiones ante el desequilibrio entre oferta y demanda de reservas bancarias. La Fed está ofreciendo liquidez a cambio de bonos del Tesoro a los bancos con el objetivo de mantener el tipo de interés efectivo en el rango que la Fed se marcha como objetivo, ahora mismo entre el 1,75 y 2%. Estas intervenciones ya han tenido su reflejo en el balance del banco central que ha vuelto a aumentar de forma clara, algo que no ocurría desde finales de 2014, cuando la Fed anunció el fin de las compras netas de activos, una política que podría volver a escena para reajustar los niveles de reservas en el mercado.
UBS: "No hay necesidad de preguntar si la Fed va a expandir su balance ante las disrupciones en el mercado de 'repos'. La expansión ya ha ocurrido"
Sin estas inyecciones, que han engordado el balance de la Fed en unos 90.000 millones de dólares, los tipos de interés efectivos (el precio medio que pagan unos bancos a otros por prestarse reservas) podrían haberse salido del rango poniendo en duda la credibilidad del banco central, por un lado, y endureciendo las condiciones crediticias de la economía real, lo que a su vez puede afectar de forma negativa al crecimiento económico.

Tras varias inyecciones por valor de 65.000 millones de dólares, la Fed de Nueva York (la encarga de efectuar estas operaciones) ha ampliado el máximos de las intervenciones hasta los 100.000 millones de dólares dada la fuerte demanda de liquidez que se recibió la semana pasada.
Los analistas de UBS explican en una nota que "no hay necesidad de preguntar si la Fed va a expandir su balance ante las disrupciones en el mercado de 'repos'. La expansión ya ha ocurrido. Las operaciones en el mercado de 'repos' incrementan los activos de la Fed (con bonos) y el lado del pasivo creando reservas".

Los economistas del banco suizo creen que la institución presidida por Jerome Powell seguirá realizando estas operaciones hasta que se cree una ventanilla permanente en el mercado de 'repos' o hasta que las reservas bancarias alcancen un nivel adecuado a la necesidad de los bancos. Sin cambios en las políticas del banco central, las reservas seguirán cayendo a medida que la demanda de efectivo sigue creciendo al ritmo de la economía. Cuando algún agente retira efectivo ese dinero sale del sistema financiero y se produce una caída de las reservas. Desde UBS calculan que el efectivo aumenta en unos 10.000 millones cada mes en EEUU.
"Creemos que la Reserva Federal reconocerá que no quiere ver una disminución mayor de las reservas en la reunión de octubre. Por lo menos, la Fed tendrá que igualar el crecimiento de la demanda de efectivo y posiblemente compensar el reciente aumento de la cuenta del Tesoro como de otros pasivos. Tal movimiento llevaría anunciar unas compras mensuales de unos 20.000 o 30.000 millones de dólares por mes durante un periodo indefinido", señalan los expertos de UBS en una nota para clientes.
Estos economistas reconocen que el hecho de que los tipos en el mercado de 'repos' o recompras aumentaran con tal violencia es en sí mismo un poco preocupante. La rigidez en los mercados de financiación podría ser el reflejo de que hay muy pocas reservas, ciertas tiranteces en el balance de los bancos o ambas cosas.
Por el lado de las reservas es cierto que la Reserva Federal comenzó su 'ajuste cuantitativo' o adelgazamiento del balance en octubre de 2017, reduciendo su balance al no reinvertir parte de los bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas que iban venciendo. En consecuencia su stock de bonos y valores ha caído en unos 600.000 millones de dólares. Esto se refleja en sus pasivos con una mayor caída de las reservas bancarias, que alcanza los 783.000 millones. Este agosto la Reserva Federal detuvo su reducción de balance, pero las reservas de los bancos han seguido cayendo y están por debajo de los 1,4 billones de dólares. Esto se debe a que ha aumentado el dinero en efectivo (drena reservas) y la cuenta estanca que mantiene el Tesoro en la Fed, donde van los fondos recaudados por impuestos y los ingresos por la emisión de deuda, también ha engordado en los últimos meses.
Sea cual sea el nombre (QE o ajuste técnico del balance), la caída de las reservas está coincidiendo con un aumento de su demanda. Aunque algunos factores pueden ser temporales, las previsiones de mayor emisión de deuda del Gobierno de EEUU y una demanda de efectivo creciente obliga a la Fed a inflar un poco más su balance para mantener la estabilidad financiera. Tras los primeros pasos dados en la reunión de septiembre, en octubre podrían aprobarse nuevas medidas como un QE o la creación de una ventana permanente que intercambie liquidez por bonos del Tesoro.