Economía

El mundo al revés o cómo los tipos negativos pueden convertir a la deuda pública en un contribuyente de Hacienda

  • El 25% de todos los bonos del mundo se están negociando con tipos negativos
  • Países como Suecia o Suiza serían los primeros en ingresar dinero por su deuda
  • Rallo: "La deuda pública se ha convertido en el nuevo activo refugio"
El mundo al revés con los tipos negativos. Getty

Una vez que los bancos centrales han cruzado la frontera de los tipos negativos, la lógica que ha imperado durante décadas parece perder todo su sentido. A veces da la sensación de que el mundo de las finanzas está al revés: los depósitos no dan nada salvo comisiones a pagar, los inversores 'pierden' dinero por tener letras del Tesoro, los bancos pagan por su exceso de liquidez mientras que a veces reciben dinero por pedir financiación al banco central (TLTRO). Tal es el giro que si esta situación se prolonga (como parece que ocurrirá) los gobiernos podrían terminar recibiendo más dinero por la deuda (gracias a los tipos negativos) del que pagan en intereses, convirtiendo a la deuda pública en un contribuyente neto de Hacienda y ayudando a incrementar los ingresos públicos.

Nadia Gharbi (Pitet WM): "Hace diez años, nadie hubiera imaginado que se puedan ver tipos negativos en la mayoría de los países de la zona euro"

El 25% de todos los bonos del mundo se están negociando con rentabilidades negativas. Países como Suiza o Dinamarca tienen ya toda la curva de tipos en territorio negativo. Es decir, desde las letras hasta los bonos a 50 años ofrecen rendimientos negativos en el mercado secundario. De mantenerse esta tendencia, cuando estos gobiernos vayan refinanciando los bonos que vencen verán reducido el interés medio que pagan por la deuda viva hasta que este interés medio termine siendo negativo. Esto podría generar una situación curiosa: la deuda pública (deber dinero) generaría ingresos financieros en lugar gastos financieros, como sigue ocurriendo en la actualidad.

El 25% de toda la deuda viva a nivel mundial cotiza con tipos negativos, según Bloomberg
El 25% de toda la deuda viva a nivel mundial cotiza con tipos negativos, según Bloomberg

Juan Ramón Rallo, profesor de Economía en el centro de estudios OMMA y del IE Business School, explica en declaraciones a elEconomista que "los inversores están pagando a los Estados por el 'privilegio' de ser acreedores suyos, esto es, por la seguridad de recuperar el 100% del capital prestado (salvo los intereses negativos). En un mundo con elevada incertidumbre, la deuda pública se ha convertido en el nuevo activo refugio; el papel que antaño jugaba el oro durante el patrón oro".

Países como Suiza, Suecia o Alemania están pagando cantidades irrisorias respecto al tamaño de sus economías en concepto de intereses. Por ejemplo, el Gobierno de Alemania ha pasado de pagar antes de la crisis cerca de un 3% de su PIB en intereses a un 0,9% en 2018. Más llamativos son los casos de Suecia o Suiza que sólo gastan un 0,4% de su PIB en este concepto. Las haciendas de estos países podrían ser los primeras en ingresar más por la deuda de lo que pagan si los tipos negativos persisten.

Rallo cree que este escenario entra dentro de lo posible a medio plazo: "Sí, puede suponer una vía de ingresos extra para el Estado a costa de los acreedores, porque el Estado les proporciona un servicio (liquidez segura). Ahora bien, los tipos negativos son un mal síntoma: exceso de financiación sin buenas alternativas de inversión".

Nadia Gharbi, economista de Pictet WM, expone a elEconomista que aunque esta situación no ocurrirá de un día para otro, "se podría extender a otros países como Alemania, Holanda, Finlandia, Austria, Dinamarca o Suiza, por ejemplo. Países con poca deuda pública y con tipos negativos a corto y largo plazo".

Sin embargo, aunque los tipos negativos se han trasladado en los mercados secundarios a una parte muy importante de la deuda (el 25% del total), la traslación de estos tipos al interés medio que paga la deuda viva soberana es lento. Su efecto sólo se puede ver sobre las nuevas emisiones que pasan a conformar una pequeña parte del stock total de deuda. "Es importante entender que los movimiento de los tipos de interés se trasladan con lentitud al coste medio de financiación de la deuda. Esto era cierto cuando las perspectivas eran de que los tipos iban a empezar a subir este año, pero de igual manera lo es ahora con el movimiento contrario", comenta Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics.

Aunque los tipos negativos terminen siendo un ingreso para los Estados no serán, en principio, muy cuantiosos

Gharbi que "todavía estamos lejos de ver un país cobrando por todo el stock de deuda en negativo. Eso sí, varios países ya financian parte de su deuda a tipos negativos. Hace diez años, nadie hubiera imaginado que se puedan ver tipos negativos en la mayoría de los países de la zona euro. Aunque sea un escenario muy extremo, no se puede descartar dentro de algunos años si los tipos negativos se profundizan, la deuda publica pueda convertirse en una vía de ingresos más de los Gobiernos en algunos países".

Aunque la deuda pública termine siendo un ingreso, no será un fuente excesivamente cuantiosa. En un escenario en el que España mantenga su nivel de endeudamiento y lograse haber emitido toda su deuda a un interés medio negativo del -0,4% (un escenario muy optimista), los ingresos anuales serían de unos 4.000 millones de euros (algo menos del 0,4% del PIB).

No obstante, aunque los ingresos relativos sean pequeños, el ahorro total (los ingresos más lo que dejaría de pagar el Tesoro en intereses) resulta bastante más jugoso. Por ejemplo, España gastó 29.700 millones de euros en intereses en 2018 (mínimos desde 2011) pagando un interés medio por la deuda del 2,5%. El último dato disponible (junio de este año) muestra que el interés medio ya ha caído hasta el 2,37%, por lo que este año el pago por intereses será inferior, aunque todavía queda un largo camino para España hasta llegar a ser un receptor neto de intereses por la deuda pública. Pero si este escenario se produjese, el ahorro respecto a 2018 sería de alrededor del 3% del PIB.

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