
Una política comercial proteccionista (aranceles y cuotas), bajadas de impuestos, déficit fiscal al alza y un ciclo monetario de subidas de tipos. El escenario político-económico de EEUU hoy se asemeja mucho lo visto a principios de los 80, cuando Ronald Reagan era presidente del país. Ahora sólo queda ver si al igual que en los 80, el dólar reacciona con una fuerte apreciación a todos estos componentes.
Examinando la situación más en detalle se puede decir que hay muchas posibilidades de que la Reserva Federal de EEUU suba los tipos este miércoles hasta un rango del 1,5-1,75%. Este será el sexto movimiento al alza de la Fed desde que comenzara el ciclo de subidas en diciembre de 2015.
Una política del banco central más restrictiva coincidirá próximamente con unos fuertes déficits fiscales producto de la reciente rebaja de impuestos aprobada por el Congreso. Esta misma combinación se produjo en los 80 y el resultado fue un dólar 'todopoderoso' que se apreció un 50% entre 1980 y 1985 frente a las principales divisas.
Este movimiento terminó el 22 de septiembre de 1985, cuando los responsables económicos y monetarios de EEUU, Alemania, Japón, Reino Unido y Francia acordaron intervenir de forma coordinada para frenar la apreciación del dólar en los acuerdos del Hotel Plaza.

USD external value representa el tipo de cambio del dólar frente a una cesa de divisas (eje derecho). // Fuente: Commerzbank
Algunos parecidos con 1980
Bajo el Gobierno de Ronald Reagan se aprobó en 1981 la Economic Tax Act que redujo drásticamente el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o el Impuesto de Patrimonio. Esta rebaja impositiva junto con un gasto público creciente incrementaron el déficit público desde el 2,5% del PIB de 1981 hasta el 6% de 1983.
Ademas, Reagan achacó la decadencia del sector automovilístico estadounidense a Japón (algo muy similar a lo que está haciendo hoy Trump con la industria y China en el punto de mira), proponiendo en un discurso en Detroit en 1981 que el gobierno debía "convencer a los japoneses de una u otra forma de que, por su propio interés, el diluvio de coches debe ralentizarse mientras nuestra industria vuelve a ponerse en pie".
De esta forma, Reagan forzó un acuerdo con Japón para que restringiera voluntariamente las exportaciones de automóviles a EEUU en un 8% - o el porcentaje quedaría en manos de un Congreso deseoso de aplicar unilateralmente restricciones aún mayores.
Hoy, Donald Trump ha aprobado aranceles contra el acero y el aluminio, mientras que al igual que hizo Reagan en su día, está pidiendo a China que busque fórmulas para reducir el superávit fiscal que presenta con EEUU en 100.000 millones de dólares. Estados Unidos tuvo un déficit comercial récord de 375.000 millones de dólares con China en 2017, que representó dos tercios de una brecha comercial a nivel global que alcanzó los 566.000 millones de dólares el año pasado, según datos de la Oficina del Censo de EEUU.
El efecto sobre el dólar
Los economistas del banco alemán Commerzbank explican en una nota sobre el dólar y las medidas aprobadas por Trump que "la lección que se puede extraer de 1980 es que un déficit fiscal superior fortalece el dólar".
"Entre 1980 y 1985, el dólar se apreció más de un 50% contra las divisas de sus mayores parejas comerciales, mientras que el déficit público pasó del 1% hasta el 5%durante el primer mandato de Reagan", destacan los analistas del banco germano. No obstante, durante esa época los tipos pasaron del 10% hasta el 20%, con el objetivo de contener la fuerte inflación producto del alza del petróleo tras los recortes de la OPEP.
"La política fiscal expansiva estimulará la demanda... a diferencia de 1980, que había cierta debilidad económica y recursos ociosos, hoy la economía de EEUU está funcionando a pleno rendimiento", señalan los economistas de Commerzbank.
Por otro lado, la Reserva Federal hará lo que sea necesario para mantener la inflación bajo control, por lo que esta expansión del gasto en una economía ya caliente tendrá su respuesta por parte del banco central con una política monetaria más restrictiva, unos tipos más altos y probablemente un dólar más fuerte.
Por ahora, la reacción del dólar a estas medidas ha sido más bien tibia. Como destaca Barry Eichengreen, profesor de economía en la Universidad de California, los escándalos de la Casa Blanca y la incertidumbre sobre algunas políticas debilitan al dólar: "Más caos en la Casa Blanca solo deprimirá el dólar", destaca el experto en Project Syndicate.
Fuerzas a favor del dólar
Sin embargo, la reforma fiscal, las subidas de tipos de la Fed y las políticas proteccionistas son fuerzas que juegan a favor de la fortaleza del dólar. "El uno de marzo, cuando Trump anunció sus aranceles al aluminio y al acero, el mercado de valores se desplomó y dólar se apreció, esto puede ser una señal. La incertidumbre puede seguir dominando, pero la apreciación del dólar el uno de marzo puede ser un presagio de lo que ocurrirá en el mercado de divisas", sentencia Eichengreen.
Desde Commerzbank creen que si además se desata una guerra comercial, algo que no forma parte del escenario base, "esto daría adicional fuerza al dólar". Los expertos de Bank of America argumentan en una nota que la imposición de aranceles y su efecto sobre una divisa es a día de hoy un misterio. La teoría económica dice que los aranceles reducen en un primer momento las importaciones y, por ende, la oferta de dólares en los mercados de divisas, lo que apreciaría al billete verde. Pero estos aranceles pueden ser negativos para el crecimiento económico y el consumo, lo que puede tener el efecto contrario.
Por ahora, desde que Trump anunció los aranceles, el dólar se ha apreciado un 0,85% frente al euro, mientras que el índice dólar se ha mantenido relativamente estable. Los economistas de Commerzbank creen que la apreciación del dólar se verá con claridad cuando la rentabilidad de los bonos estadounidenses se estabilice.
"La mayor rentabilidad que ofrecen los bonos en EEUU sólo serán realmente atractivas cuando estas rentabilidades se estabilicen, será entonces cuando los vientos de cola empujarán al dólar", aseguran los economistas del banco alemán.
Mientras que las rentabilidades sigan subiendo, los inversores ven con riesgo la inversión en bonos de EEUU denominados en dólares, puesto que cuanto más sube la rentabilidad menor es el precio de estos activos. Sin embargo, cuando los intereses se estabilicen, los inversores que simplemente buscan un cupón o interés superior creerán que es el momento adecuado para aumentar su exposición a la renta fija de EEUU e invertir su dinero en activos de este tipo de activos, "lo que podría apreciar el dólar de forma muy rápida".
Hay que matizar que aunque la situación sea similar a la de 1980 no es idéntica. Los economistas de ING reconocen que aunque hay parecidos, la política fiscal no será tan expansiva como lo fue con Reagan (ni por el lado del gasto ni por la rebaja de impuestos), mientras que los movimientos al alza de la Reserva Federal tendrán techo en el entorno del 3%, por lo que la apreciación del dólar no será tan intensa como la de esos años.