
La administración de Trump está presionando a China para que reduzca su superávit comercial con Estados Unidos en 100.000 millones de dólares, según ha asegurado este miércoles una portavoz de la Casa Blanca, aclarando un tuit del presidente Donald Trump de la semana pasada. La respuesta no se ha hecho esperar y China a través de un diario estatal ha contestado que si EEUU quiere reducir los desequilibrios comerciales los estadounidenses tienen que trabajar más horas.
El miércoles pasado, Trump tuiteó que se le había pedido a China que desarrollara un plan para reducir su desequilibrio comercial con Estados Unidos en 1.000 millones de dólares, pero la portavoz dijo que Trump tenía la intención de decir 100.000 millones.
Por el momento, la administración de Trump está preparando un paquete de medidas contra China, que incluye aranceles sobre al menos 30.000 millones anuales de importaciones chinas, para presionar a Pekín a que tome medidas para reducir el superávit comercial que tiene con EEUU.
El mayor déficit bilateral
Estados Unidos tuvo un déficit comercial récord de 375.000 millones de dólares con China en 2017, que representó dos tercios de una brecha comercial a nivel global que alcanzó los 566.000 millones de dólares el año pasado, según datos de la Oficina del Censo de EEUU.
La portavoz de la Casa Blanca se negó a dar detalles sobre cómo la administración desea que China logre el objetivo de reducir el superávit, si una mayor compra de productos estadounidenses como soja o aviación sería suficiente, o si quiere que China haga cambios importantes en sus políticas industriales, recortar subsidios a las empresas estatales o reducir aún más la capacidad de acero y aluminio.
La respuesta de China
En un editorial del jueves, el periódico estatal chino sensacionalista, ampliamente leído, Global Times sostiene que Estados Unidos está tratando de hacerse la víctima.
"Si los Estados Unidos quieren reducir su déficit comercial, tiene que hacer que los estadounidenses trabajen más y lleven a cabo reformas de acuerdo con la demanda del mercado internacional, en lugar de pedir al resto del mundo que cambie", escribió.
"Una vez que comience una guerra comercial, los países competentes no se doblegarán ante los EEUU. China ha tratado arduamente de evitar una guerra comercial, pero si se desata, el apaciguamiento no es una opción".
En declaraciones a periodistas en Pekín, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lu Kang, explica que la historia nos enseñaba que las guerras comerciales no benefician a nadie, pero que China protegerá sus derechos legítimos si "sucede algo que no queremos ver".
"Creemos que China y Estados Unidos pueden tener un diálogo amistoso para resolver nuestras disputas. Tenemos la buena fe de hacerlo de esta manera", añade Lu.