La Generalitat de Cataluña prevé gastar este año un 74% más que en 2021 en las delegaciones del Govern en el extranjero, según los datos recopilados por elEconomista. Uno de los motivos principales será la ampliación de la red en más de un 40%, ya que se abrirán seis nuevas delegaciones y tres oficinas que dependen de delegaciones, además de crearse la figura del enviado especial -con dos representantes de momento-, que se sumarán a las 14 embajadas catalanas actuales y otras dos oficinas existentes.
El ejecutivo catalán aprobó un gasto de 6,9 millones de euros en las delegaciones para 2021, ejercicio con los Presupuestos autonómicos prorrogados, mientras que las Cuentas de 2022 contemplan un gasto de 12 millones, un 46,3% más respecto a los últimos Presupuestos regionales vigentes, los de 2020, cuando la partida fue de 8,2 millones. También crece de manera sustancial el presupuesto que engloba toda la acción exterior de la Generalitat, que escala un 54% en 2022 hasta los 28,5 millones, diez más que en 2020.
La hoja de ruta del gobierno catalán supondrá que a final de año cuente con más del doble de embajadas que en el punto álgido del procés, en 2017. Cuando, a finales de aquel año, la administración autonómica fue intervenida por el Gobierno central en aplicación del artículo 155 de la Constitución, había nueve delegaciones activas.
Se trata de una estructura marcadamente política, ya que la acción exterior en el ámbito económico, empresarial y comercial se vehicula a través de la red de 40 oficinas que la entidad pública Acció tiene por todo el mundo.
La consejera de Acción Exterior y Gobierno Abierto, Victoria Alsina, fue taxativa hace unos días en la presentación de los planes para nuevas embajadas: "Cataluña consolida su determinación de tener voz propia en el mundo. Sin intermediarios. Sin tutelas". En esta línea, agregó: "Queremos estar presentes en el mundo para tener visibilidad y defender y explicar quiénes somos y qué queremos, y que nos conozcan y nos reconozcan".
Entre las localizaciones figuran destinos ya vinculados a la historia de Cataluña, así como otros donde hay movimientos independentistas locales. Además de las nuevas delegaciones, entre las que se incluye Andorra (ver mapa), habrá nuevas oficinas en Eslovenia (con sede en Liubliana), en Irlanda (con sede en Dublín) y en Quebec (Ciudad de Quebec), que se sumarán a las actuales de Nueva York y L'Alguer (en la isla italiana de Cerdeña). Por su parte, habrá enviados especiales en Escocia (en Edimburgo) y en Polonia (en Varsovia).
Las novedades culminan el plan cuatrienal 2019-2022 marcado por el Govern, que ya prepara el próximo, vigente entre 2023 y 2026. Para entonces se hereda una delegación ya aprobada pero todavía no abierta, la de Australia, y también se analizan nuevas implantaciones como Israel, China, e India.
Estructura paralela
La diplomacia de Cataluña está bajo la lupa de la Justicia para evitar el uso de fondos públicos para realizar propaganda independentista, con causas abiertas como la del Tribunal de Cuentas por presunta malversación de fondos públicos entre los años 2011 y 2017, por lo que solicitó una fianza a ex cargos políticos catalanes por 5,4 millones de euros.
Para esquivar controles, el Consell per la República, con el expresidente catalán Carles Puigdemont al frente, anunció hace un mes la creación de una red de representantes voluntarios en todo el mundo que complemente la acción exterior del Govern, y que se dedicarán "a llamar a puertas, a buscar alianzas y el reconocimiento de la causa catalana y a explicar el conflicto abierto con el Estado". Sus impulsores lo han bautizado como "un Ministerio libre de Exteriores".
