Capital Riesgo

Las grandes gestoras inician la consolidación con una ola de fusiones y adquisiciones

  • Las sociedades de gestión de activos están llevando a cabo un proceso de consolidación de adquisiciones entre ellas mismas
  • Las razones pueden ser desde ganar masa crítica hasta acceder a nuevos mercados y tipos de activos, diversificando el negocio
  • Accede a la última edición de la revista de Capital Privado
Foto: Bloomberg
Madridicon-related

La gestión de activos vive un momento dulce, y las operaciones se aceleran a buen ritmo en el sector. Pero hay transacciones que se están haciendo más comunes que lo que hasta ahora se había visto en el mercado. Y es que las propias gestoras están apostando por comprar a otras, y no tanto el introducirse en otros negocios.

De esta manera, se está redefiniendo un nuevo paradigma dentro del sector. Estas operaciones tienen como objetivo ganar masa crítica: es decir, que las sociedades aumenten su tamaño para competir de manera más eficiente en un mercado que tiende cada vez más a la concentración. Asimismo, adquieren economías de escala y aprovechan para mejorar su eficiencia operativa.

También entra en juego el papel de la diversificación: la posibilidad de entrar en otros negocios es algo que también está llamando la atención de las compañías para no hacerse puramente dependientes de un solo sector. Todo ello también conlleva riesgos, como la integración de diferentes culturas corporativas y la propia gestión de la operación, pero no parece que eso vaya a ser suficiente para frenar esta demanda de compras.

En total en lo que llevamos de año, ya son 23 las operaciones protagonizadas por las gestoras entre las ventas de participaciones y la ampliación de capital, según la plataforma iDeals. La primera de ellas la protagonizó el neobanco MyInvestor, que captó 45 millones en 2023 de los cuales 20 millones se cerraron en diciembre –aunque se anunció en enero de 2024–. La operación fue liderada por Nortia Capital, el grupo empresarial de la familia Lao, y Arama Futuro, el family office de Ángel Asín.

Entre gestoras, la primera operación importante del año fue la de Banco Santander, que entró en el pasado mes de febrero en el accionariado de Seaya Ventures, que gestiona más de 600 millones de euros. La entidad financiera acordó el 33% de los títulos del venture capital que lidera Beatriz González. Seaya fue fundada en 2013, y desde entonces ha invertido en una veintena de empresas, entre ellas en Cabify, donde es uno de los accionistas más relevantes. Al margen de esta adquisición, el Santander también se hizo con el fondo Seaya Andromeda, de 300 millones de euros centrado en inversiones sostenibles en Europa.

El Santander también tiene en curso la compra de Tresmares, una plataforma de financiación alternativa y private equity liderada por Borja Oyarzábal y Borja Pérez Arauna que nació en 2020 con el objetivo de cubrir el mercado medio. El banco, que hasta entonces había impulsado a la compañía con su participación en varios vehículos de deuda junto a otros inversores, está en proceso de negociación de comprar la participación de ambos socios, según adelantó elEconomista.es.

En mayo, el capital norteamericano decidió desembarcar en España, concretamente en Suma Capital, gestora ubicada en Barcelona. AGM entró en la private equity nacional con una participación minoritaria en el grupo. Suma Capital es uno de los principales socios de las empresas de inversión independientes de todo el mundo y sus más de 35 filiales gestionan aproximadamente 699.000 millones de dólares en activos.

Y en el pasado mes de septiembre, la española Qualitas Funds se unió a la lista de gestoras compradas por otras, en este caso por la norteamericana P10 Inc. La operación se valoró en 98 millones de dólares y los activos bajo gestión (AUM) se fijan en 1.000 millones de euros con esta integración. No obstante, Qualitas Funds seguirá siendo gestionada por sus socios gestores.

Blackrock copa el protagonismo

Para hablar de gestoras y fondos de inversión es imposible no mencionar a Blackrock, el mayor fondo del mundo con origen estadounidense. Y es que ha protagonizado la que hasta ahora puede que sea la mayor compra entre gestoras de toda la historia, adquiriendo el gigante de infraestructuras GIP (Global Infrastructure Partners) por 12.500 millones de dólares. Esta transacción supuso que la firma encabezada por Larry Fink se convierta también en la segunda accionista de Naturgy, ya que GIP tenía el 20,6% del capital.

Para Ignacio de Garnica, socio responsable de Capital Riesgo, Servicios de Transacción y Valoraciones de PwC, esta operación "responde a una clara apuesta del fondo norteamericano por convertirse también en uno de los principales fondos de infraestructuras del mundo en su proceso de transformación hacia mercados alternativos con un elevado potencial de crecimiento".

La suma de los activos bajo gestión de Blackrock tras la adquisición de GIP alcanzaría los 170.000 millones de dólares, según de Garnica, lo que le permitirá "rivalizar con los grandes fondos mundiales de infraestructura". Este sector es uno de los más dependientes de la inversión privada, por lo que para el experto de PwC, "Blackrock es consciente de las posibilidades que presenta este segmento de inversión en un entorno de elevados déficits públicos de los países".

La operación llega después del movimiento similar que realizó el fondo británico CVC, cuando anunció la compra de una participación de DIF y creó una sociedad (CVC DIF) con 18.000 millones de activos bajo gestión.

Este movimiento hacia el sector de las infraestructuras es común en todo el mundo, también en España. Lo vemos con operaciones como la de Renta 4, que en marzo se hizo con el 100% de Sigrun Partners, compañía fundada en 2009 que asesoró a empresas cotizadas, familiares, fondos de capital riesgo, de energía y de infraestructuras.

Las razones, según Borja Peñas, Socio responsable de Deal Advisory para Sector Financiero de KPMG en España, residen "al creciente interés de estos grupos en aumentar su exposición a sectores históricamente resistentes tanto a periodos de bajo crecimiento y alta inflación como a otros de alto crecimiento y alta inflación y capaces de generar retornos recurrentes y previsibles en largos periodos de tiempo". Por otro lado, de Garnica también resalta otros sectores donde también se están produciendo operaciones similares, como en deuda y fondos de minorías.

Las consecuencias: concentración

Este "canibalismo" entre gestoras está reduciendo su variedad en el mercado. Cada vez hay menos compañías pequeñas ante la feroz competencia de los grandes fondos internacionales. Incluso son estos mismos los que están fomentando esa concentración también en España, ya que entre los 15 primeros grupos, más de la mitad constituyen a fondos extranjeros que se han ido haciendo un hueco en el mercado español.

A pesar de ello, de Garnica no cree que la concentración en el sector sea "un riesgo", ya que "existen mecanismos y organismos supervisores para evitarlos en fases tempranas, unido a la intensificación del control de riesgos impuesto por las gestoras y exigido por los LPs". De igual forma, opinan desde KPMG, que creen que "los supervisores están plenamente capacitados para analizar los riesgos tanto para los partícipes como de los propios mercados en los que operan.

Por último, el experto de PwC resaltó que "la concentración entre fondos o grupos de distintos segmentos no es una mera concentración, sino que va más por el lado de una respuesta a una estrategia complementaria, de diversificación e integración que cubren más ámbitos, para crear una plataforma global que permita el acceso a nuevos mercados, clientes e inversores LPs", finalizó de Garnica.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky