Capital Riesgo

Las opas calientan motores con Allfunds, Talgo y Applus+ en la diana

  • Los expertos apuntan a nuevas operaciones de inversores extranjeros y fondos
  • Con la financiación mucho más cara, la rentabilidad buscada será mayor
  • "Allí donde haya una buena oportunidad, aparecerá el interés"
Foto: iStock

Las opas vuelven a calentar motores en el mercado español con nuevos movimientos donde el capital extranjero y el private equity emergen como grandes protagonistas. El operador bursátil Euronext ha presentado una oferta de 5.500 millones de euros, en efectivo y acciones, sobre Allfunds. Tras conocerse la noticia, los títulos de la plataforma tecnológica controlada por el private equity estadounidense Hellman & Friedman, el fondo soberano de Singapur GIC y BNP Paribas llegaron a subir un 29%. Pero la oferta podría quedarse corta, ya que no se descartan contraofertas de la alemana Deutsche Boerse y de los dueños de las Bolsas de Londres y Hong Kong.

El resurgir de las opas está siendo lento y contenido, pero los expertos apuntan a que los inversores extranjeros y los fondos de capital riesgo alentarán nuevas operaciones. Así lo enseña la experiencia más reciente, aunque no tienen porqué ser los únicos. Los próximos movimientos estarán muy ligados a quién tiene la visión y la determinación, y quién dispone de capacidad financiera para afrontar las adquisiciones ante un mercado bancario cauteloso, con más restricciones para asegurar operaciones y tomar grandes tickets.

"El encarecimiento del crédito y la mayor dificultad que encierra hacer una valoración en momentos de incertidumbre puede hacer que empresas industriales que tengan una posición de balance y liquidez o acceso a ella, con un conocimiento más cercano de la situación y del negocio y de las posibles sinergias, sean también protagonistas", indica Fernando Torrente, socio de M&A y Mercado de Capitales de Allen & Overy, a elEconomista.es. "Evidentemente, disponer de fondos suficientes para lanzar una opa y garantizar el pago del precio al inicio del proceso, como exige nuestra normativa, para dar la imprescindible seguridad al mercado y a los accionistas a los que se dirige, es un desafío", añade.

De las 8 opas autorizadas desde marzo de 2020, un total de siete han sido de inversores extranjeros

Entre los valores en la diana suena también Applus+, otra de las empresas 'opables' de la bolsa española. Los expertos no descartan una posible operación corporativa sobre el grupo de certificación que, en su opinión, tendría sentido para el private equity, dado el tiempo necesario para maximizar retornos y desinversiones y el cross-selling con otras compañías en cartera. En las quinielas figuran también firmas de renovables como Solaria y Grenergy, sin olvidar piezas de mayor calibre en el casillero como Amadeus y Talgo, pese a que el fondo Trilantic haya descartado estar pensando desinvertir del fabricante de trenes. Con la financiación mucho más cara, la rentabilidad buscada será, sin duda, mayor.

El año pasado las cuatro ofertas públicas registradas fueron la opa lanzada por Siemens Energy por su filial Siemens Gamesa junto a la ejecutada sobre Mediaset España por su matriz, la de FCC sobre Metrovacesa y la lanzada sobre Zardoya Otis para su exclusión bursátil.

Escudo antiopas

Pese a las incógnitas abiertas, el apetito no cesa y, en vista de la elevada incertidumbre, muchos accionistas e inversores ven una oportunidad en las opas sobre compañías cotizadas para enfocarse en crear valor sin preocuparse por los altibajos del mercado. "Hemos observado el efecto de las tendencias macroeconómicas en las valoraciones; y el reajuste de las compañías cotizadas, en particular en el sector de tecnología, podría dar lugar a más operaciones del tipo public-to-private (opas), siguiendo una tendencia que se ha ido acelerando durante 2022", confirma Carlos Fernández Landa, socio responsable de Transaction Services y Valoraciones de PwC.

Disponer de fondos para lanzar la opa y garantizar el pago al inicio del proceso, como exige nuestra normativa, supone un desafío

La fortaleza del dólar versus el euro también favorece la inversión extranjera, ya sea de grupos industriales o inversores privados que gestionen fondos en dólares. "Pese a que ha habido cierta recuperación de la cotización, las caídas en la valoración de las empresas en situaciones de incertidumbre pueden favorecer que quien tenga visión y determinación y fondos para acometer operaciones corporativas, intente a través de una opa tomar el control de cotizadas en las que vea una oportunidad" añade Fernández Landa.

El blindaje a empresas estratégicas, conocido como escudo 'antiopas, y las limitaciones vigentes a la hora de formular una opa por parte de inversores extranjeros en determinados sectores siempre suponen un freno. "Ha sido la gran lacra para la existencia de un auténtico mercado de control de las empresas en Europa", advierte el socio de M&A y Mercado de Capitales de Allen & Overy, quien apunta, no obstante, a que "allí donde haya una buena oportunidad aparecerá el interés, siempre que el esfuerzo y el coste que implica la preparación y ejecución de la operación lo justifiquen".

Fernández Landa recuerda que desde 2020 ha habido 8 opas autorizadas en España, de las que 7 han sido impulsadas por inversores extranjeros, con una mezcla entre estratégicos y fondos de private equity". En general, las opas son operaciones complejas y cuya ejecución puede dilatarse en el tiempo. "La clave está en contar con un asesoramiento experto para guiar el proceso y respetar los temas regulatorios", añade.

Como en cualquier otra transacción, es importante para el oferente analizar de forma detallada su caso de inversión e identificar las futuras palancas de creación de valor. "Son transacciones que requieren unos niveles de financiación considerables y el acceso a deuda se ha encarecido, pero los grandes inversores pueden encontrar formas creativas y alternativas para cerrar sus operaciones. El diseño adecuado de la transacción y su documentación estratégica, financiera y jurídica es importante, sin olvidar la adecuada gestión del gobierno corporativo y la interlocución anticipada con el regulador", concluye Torrente. Además "los objetivos opables (sociedades "target") tienen que suponer una oportunidad de inversión a través de un cambio en la gestión o su integración en un grupo que ofrezca mejores oportunidades o sinergias", matiza.

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