Banca y finanzas

La opa de BBVA y Sabadell y las otras fusiones bancarias que los 'remedies' complicaron

  • Hay ejemplos como el de Intesa-UBI en Italia o el de Fortis-ABN en Holanda
Fusión BBVA-Sabadell

La opa de BBVA sobre Sabadell sigue dando pasos adelante, pero la presión que sobre esta operación de fusión están ejerciendo desde diferentes stakeholders políticos, empresarios, sindicatos e incluso algunas instituciones– sumado a las cifras de concentración que se producirían en negocios como el de pymes o regiones clave como Cataluña o Comunidad Valenciana lleva a pensar que esta operación tendrá que pasar por el análisis largo de las autoridades de Competencia. Esto supondrá, además de que se alarguen los plazos para recibir el hipotético visto bueno, que se puedan imponer remedies –condiciones para conseguir la luz verde a la operación por su nombre técnico en inglés– que compliquen los resultados esperados de la primera opa hostil en la banca española en más de dos décadas.

Si bien estos movimientos no son comunes en España, sí que han ocurrido en el pasado en geografías cercanas –como son el caso de Italia u Holanda y en otros mercados más grandes, como Estados Unidos y Canadá–. En algunos de ellos las operaciones se cayeron y en otros siguieron adelante pero tuvieron importantes consecuencias para la entidad resultante.

La italiana Intesa-UBI

Uno de los ejemplos más recientes es el de los italianos Intesa Sanpaolo y UBI Banca que en 2020, justo antes del estallido de la pandemia del Covid-19, comenzaron una operación de fusión por el que el primero quería hacerse con el segundo por 4.900 millones de euros en acciones. Como resultado se obtendría el séptimo mayor banco de Europa. Al igual que ocurrió con Sabadell, el consejo de UBI rechazó la opa hostil de su competidor y, tras un parón obligado por la crisis sanitaria, Intesa mejoró su oferta incluyendo un pago en efectivo.

Similitudes de esta operación con la de BBVA-Sabadell aparte, tras el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), la luz verde de la autoridad italiana de competencia (AGCM) quedó supeditada al traspaso de unas 500 de sus sucursales a BPER Banca (Banca Popolare dell'Emilia Romagna). Esta autoridad llevó a cabo un análisis pormenorizado de la situación teniendo en cuenta tres criterios claves: la cuota de mercado post fusión no podía superar el 35%;el índice de concentración HHI no podía superar en ningún caso los 2.000 puntos y que la diferencia en la cuota de mercado con la segunda entidad del país fuera igual o superior a los 10 puntos porcentuales. Tras este análisis, Competencia elevó el número de oficinas que había puesto sobre la mesa inicialmente. Finalmente, BPER desembolsó 644 millones por 620 oficinas (455 sucursales y 132 unidades operativas) de Intesa; así como una unidad de negocio que proveía de servicios a las sucursales.

La holandesa Fortis-ABN

Otro de los ejemplos de opa hostil entre bancos que terminó con remedies importantes fue el que unió a Fortis y ABM Amro en Holanda en 2007. El consorcio formado por Santander, RBS y Fortis anunció su intención de lanzar una opa para adquirir el 100% del capital de ABN Amro; en caso de éxito, Fortis adquiriría, entre otros, el negocio de Holanda donde ABN tiene un importante negocio de pymes y empresas. El índice de concentración HHI se elevaría por encima de los 3.200 puntos en las principales relaciones bancarias y se dispararía hasta los 4.300 en el caso del factoring.

Debido al calibre de la operación, la Comisión Europea autorizó este movimiento por parte de Fortis, pero con la condición de cumplir con la venta de varias líneas de negocio de empresas y pymes en el país. Así, ofreció la venta de la filial Hollandsche Bank Unie más dos unidades de clientes corporativos que gestionan empresas hasta un billón de euros de facturación. Además, llevaba aparejada la desinversión de 13 oficinas de banca comercial con servicio a pymes, con más de 50 millones de euros de facturación y de la totalidad de su negocio de factoring. Finalmente, un año después, ya en 2008, Deutsche Bank y Fortis llegaron a un acuerdo para la venta del negocio por 709 millones, cumpliendo así con las condiciones impuestas por la Comisión Europea para autorizar la participación en la opa.

Desinvertir carteras

Más allá de estas operaciones hostiles u otras como las de BB&T y SunTrust en Estados Unidos en 2019 o Toronto Dominion y Canada Trust en Canadá en los 2000, otras operaciones de fusión con diferente motivación o directamente rescates públicos también han llevado a importantes desinversiones de carteras. Es el caso del rescate de 45.000 millones de libras de RBS en el año 2009. Para hacerlo efectivo, se le obligó a desinvertir parte de su cartera de pymes para fomentar la competencia en Reino Unido, pero el momento y el volumen de la operación no lo hacían nada fácil.

Así, cuatro años después, y ante la inviabilidad de efectuar la desinversión, el Gobierno británico propuso un paquete de medidas alternativas para fomentar la competencia en este segmento que pasaba por crear dos fondos destinados a, por un lado, que los competidores desarrollasen una propuesta de valor para esta parte de los clientes que fuese más atractiva, y, por otro, a incentivar el traslado de clientes de esta hacia otros bancos. El coste económico total de las medidas que se implementaron hasta 2021 para RBS ascendió a 775 millones de libras.

Desinversión forzosa de TSB

La filial británica de Sabadell, TSB, fue una desinversión forzosa de Lloyd's derivada de una fusión que no salió como se esperaba. Durante la crisis financiera, Lloyds TSB adquiere Halifax Bank of Scotland en un movimiento que terminó provocando significativas pérdidas para el grupo.

Tanto es así que en 2009 el Gobierno británico sale al rescate de la entidad con la compra del 43,4% del capital del grupo condicionado a un plan de restructuración que era, precisamente, la separación TSB, que se escinde definitivamente en 2013 con el foco en la banca retail.

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