
La gran banca española va de menos a más en 2023. La vertical escalada de los tipos y el avance del negocio ha permitido a las seis entidades cotizados (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) anotarse un beneficio neto atribuido de 19.761 millones de euros entre enero y septiembre.
Supone mejorar en un 24% los 15.991 millones registrados un año antes y se sitúa en línea con los 20.000 millones proyectados por el consenso de analistas de Factset.
Las entidades dejan atrás el impacto de casi 1.120 millones por el impuesto extraordinario a los ingresos aprobado por el Gobierno, y enfilan ganancias récord por la inyección de ingresos cosechada de la mano de la política monetaria en la mayoría de geografías.
Santander mantiene la primera posición con un beneficio atribuido de 8.143 millones en los nueve meses que bate en un 11,3% el conseguido un año antes por el impulso de Europa y México con los tipos. Su cuenta crecería un 14% si se neutraliza los 224 millones del impuestazo. Con todo es España el mercado que mejor tira del resultado, ya que aportó 1.854 millones en beneficio (+68%) y rebasó la aportación de Reino Unido, situada en 1.243 millones (9%).
BBVA le sigue en el ranking con 5.961 millones a escala grupo, un 24,3% más, de los que 2.110 millones proceden de España donde gana un 61,9% más con el margen financiero disparado un 51%.
CaixaBank consolida la tercera posición en la clasificación de ganancias, con 3.659 millones o un 48,2% más. En su caso, en negocio del primer mercado mejora en una línea similar: aporta 3.351 millones o un 48,34% más. El resultado del Sabadell alcanza los 1.028 millones (+45%) con 867 millones también generados en nuestro país, donde el resultado crece a su vez un 40,7%, y el renovado empuje de la filial británica TSB.
Bankinter lidera, sin embargo, el avance en resultado: ganó casi 685 millones, un 59% más, mientras que Unicaja ha sido el último de los cotizados en lograr mitigar el impacto del impuesto y hasta septiembre registra 285 millones en beneficio, un 4,9% más.
El gran motor en las diferentes cuentas es el escenario de política monetaria, que solo en Europa ha escalado los tipos de interés desde el 0% del arranque de 2022 al actual 4,5%. Supone una inyección directa en el margen financiero, que en cómputo general de la gran banca y en cifras de grupos consolidados se dispara un 23% y alcanza los 63.470 millones. Solo en el negocio de España galopa un 48,93%, hasta los 20.863 millones.
La fuerte tracción obedece a que su traslación ha sido directa en los precios de la financiación, sobre todo hipotecaria, mientras que la gran banca apenas ha comenzado a remunerar el pasivo de clientes. Sus ofertas van de manera selectiva a empresas, por custodiar su tesorería, a clientes con altos patrimonios o muy vinculados, sin llegar aún de manera masiva al conjunto de la ciudadanía.
El mercado espera que esta situación vire en próximos trimestres y el margen de clientes toque techo (diferencia entre lo que pagan por remunerar el pasivo y lo que cobran por los créditos) cuando precisen fondear para prestar. En estos momentos no hay tal incentivo ya que la concesión está a la baja, con caídas superiores al 20% en hipotecas.
Las cuentas de los dos grandes bancos sufren mayores cargos en provisiones por un repunte en los deterioros en mercados como Estados Unidos o algunos países de Latinoamérica, pero no es un parámetro que estrese la cuenta ya que la morosidad continúa a raya en el 3,04% frente al 3,09% de septiembre de 2022. Este ratio oscila entre el 3,54% del Sabadell y el 2,19% de Bankinter.