Deutsche Bank liquida posiciones en activos dañados adquiridos tras la crisis financiera en España. Su unidad de banca de inversión ha sacado al mercado un porfolio de créditos con impagos con un valor nominal de 1.600 millones de euros adquirido en el año 2014 a un gran banco y que integra unas 200.000 operaciones con clientes. El bautizado como Proyecto Valhalla lo conforman préstamos sin garantía inmobiliaria, en un 74% del valor total con clientes particulares y las posiciones restantes con pymes, de acuerdo a fuentes de mercado.
El banco no confirmó la operación ni detalló a qué cartera se refiere. Sin embargo, se asemeja al porfolio que compró en 2014 a BBVA y que resultó la primera gran adquisición de la banca de inversión de Deutsche Bank en financiación fallida sin garantía en España. Dicha transacción se componía de 1.700 millones en préstamos sin garantía inmobiliaria, principalmente destinados al consumo, y se enmarcó dentro del Proyecto Saturn.
Las oportunidades de inversión que se abrieron para especialistas en recuperación de deuda tras el crash inmobiliario y la urgente necesidad de la banca de limpiar sus balances atrajo, junto a los fondos, a diferentes unidades de banca de inversión como Goldman, Bank of América o la del grupo alemán.
Deutsche Bank ha sido, de hecho, uno de los bancos de inversión más activos en adquisición de porfolios en el país, protagonizando algunas de las más significativas. En 2013 se impuso a decenas de 20 interesados en la compra a la Sareb de dos paquetes de préstamos ligados a los proyecto Abacus y Bermudas, que integraban financiación garantizada por inmuebles comerciales en grandes ciudades con un valor nominal superior a los 320 millones.
Préstamos de la Sareb
En 2019 se quedó con una cartera del Sabadell por valor de 2.124 millones junto a Carval, compuesta mayoritariamente por créditos inmobiliarios y ese mismo año analizó una cartera de préstamos fallidos ligados al consumo y de pymes de BBVA de unos 5.000 millones. Más recientemente, el año pasado se adjudicó el Proyecto Puppy de Kutxabank, una cartera de 2.500 millones en préstamos impagados, sobre todo hipotecas, junto al fondo EOS.
A finales de ese mismo año e inicio del actual, Unicaja asignó al banco y a Cerberus una cartera por un valor superior a los 200 millones de REO o inmuebles adjudicados. En paralelo, su filial española también acometió algunas desinversiones, en línea con el resto de bancos, como la venta en 2016 de un exposición en préstamos hipotecarios y financiación a pymes como activos adjudicados por unos 430 millones de euros de valor nominal.
La transacción llega al mercado donde se han lanzado e, incluso, cerrado operaciones similares de altos valores nominales, pero cuyo valor es limitado al ser fallidos sin garantía. Sareb ha acordado recientemente transferir a Axactor una cartera de préstamos valorada en 3.000 millones y Blackstone sacó a su vez un porfolio compuesto por unos 2.000 millones, en ambos casos de colas hipotecarias. La convicción de que la morosidad repuntará por la inflación y la subida de tipos alienta nuevas ventas también en la banca aunque más selectivas y de menor dimensión que en el pasado.
Traspaso de 218.000 millones desde 2012
Los bancos españoles han colocado financiación morosa y activos adjudicados por un valor superior a los 218.060 millones de euros a fondos y bancos de inversión entre el año 2012 y 2022, según un estudio de Axis Corporate.
El pico de operaciones tuvo lugar en el bienio 2017 y 2018, cuando transfirieron 98.686 millones en activos tóxicos (solo el 'Proyecto Quasar', realizado por Blackstone y el Santander en 2017, alcanzó los 30.000 millones). El año pasado se ejecutaron 32 operaciones por un valor nominal de 13.574 millones.