
Unicaja afronta un mes de julio caliente y no solo por las temperaturas que se viven ya estos días en la costa malagueña. La antigua caja, que trató de templar hace casi dos años el calor del litoral Mediterráneo comiéndose a la asturiana Liberbank, lleva ya varios meses con las dudas instaladas sobre su gobierno corporativo y los primeros compases del verano tampoco han ayudado a resolverlas. Sin consejero delegado –Manuel Menéndez, proveniente de Liberbank, firmó su salida el pasado mes de junio para el momento en que se le encuentre un sustituto–, con cuatro sillas de independientes vacías en el máximo órgano del banco tras la desbandada que se produjo en el último semestre y con los sindicatos en pie de guerra por unas condiciones que denuncian han empeorado con el paso de los meses y desde la fusión, el mes de julio está cargado de hitos clave para el futuro del banco. Como otro cambio clave, el actual presidente de la entidad, Manuel Azuaga (de 74 años de edad) se verá obligado a dejar sus poderes ejecutivos en virtud del acuerdo de fusión firmado en julio de 2021 este mismo mes.
Todo ello se acompaña con la expectativa de la presentación de resultados del primer semestre el próximo día 27 de julio después de que los números hasta marzo defraudasen al mercado, que hizo que el valor se tiñera de rojo durante varias jornadas con caídas de hasta el 9,5%. Cabe recordar que entonces la antigua caja malagueña hizo públicos unos beneficios de 34 millones de euros, un 43% menos que en el mismo periodo del año anterior, tras detraer la totalidad del impuesto extraordinario a la banca que, en su caso, totaliza 63,8 millones de euros. Pero más allá de esta situación a la que ha tenido que hacer frente el conjunto del sector en los últimos meses, Unicaja también acusó sus conflictos internos con cifras, por ejemplo, en la nueva producción hipotecaria que se quedaban muy lejos de las de sus principales competidores. Además, pese a que el título de Unicaja tiene recomendación de compra en el mercado, es el valor que más ha deteriorado este punto en los últimos meses.
La búsqueda de CEO
La búsqueda de nuevo consejero delegado es una de las labores que más tiempo lleva sobre la mesa y comenzó hace ya varios meses de forma extraoficial, según confirmaron entonces a elEconomista.es fuentes al tanto de estos movimientos, si bien de forma oficial la búsqueda comenzó con la confirmación de la salida de Menéndez el pasado 1 de junio, justo antes de que se llevase a cabo el proceso de reevaluación que se pactó en la fusión. Para esta labor, Unicaja eligió a la consultora Spencer Stuart –que también se encarga de la búsqueda de los cuatro independientes, así como de la nueva hoja de ruta que deberá seguir el banco tras este turbulento mes de julio–.
Sobre la mesa, como ya publicó este medio, nombres de la casa y externos, que son los que prefiere el Banco Central Europeo (BCE), pero el que suena con más fuerza es el de la mano derecha del propio Manuel Azuaga, Isidro Rubiales, ahora en la dirección general adjunta a la presidencia. Sea como fuere, Spencer Stuart barre el mercado buscando posibles consejeros delegados independientes para calmar las aguas en Unicaja.
El nuevo consejero delegado, cuyo nombramiento está previsto más pronto que tarde –una vez elegido deberá pasar por el visto bueno del BCE como máximo regulador de las entidades financieras–, según señalan diversas fuentes, asumirá así la mayor parte de los poderes al frente de la entidad, si bien Azuaga aspira a quedarse, al menos de momento, con otras partes claves, de acuerdo con la hoja de ruta que está elaborando la consultora internacional.
Las consejeras independientes
El otro gran foco de conflicto que debe solucionarse este mes de julio es el que tiene que ver con las sillas del consejo de administración que siguen vacantes que, si bien no tienen un plazo máximo para resolverse, empiezan a enquistar un problema que se coloca sobre la imagen del propio banco en un momento clave como es el actual.
La primera salida de independientes que se produjo fue la presidenta de Microsoft España, María Garaña, que anunció su adiós a la silla del máximo órgano del banco el pasado mes de enero, si bien la salida fue efectiva en la junta de accionistas celebrada en marzo. Ahora, casi siete meses después, la vacante sigue abierta y Garaña, que había sido consejera de Liberbank antes de la fusión, todavía no ha sido reemplazada.
A su salida voluntaria se sumó la no ratificación de los también independientes Isidoro Unda y María Teresa Costa en la misma junta de accionistas, ambos cercanos al lado asturiano de la entidad, lo que debilitó todavía más esta facción dentro del consejo. Pero no fue la última. Jorge Delclaux, que al igual que Garaña, formaba parte del consejo de Liberbank antes de la fusión con Unicaja, presentó su dimisión por "su desacuerdo con las decisiones adoptadas por un reducido grupo de accionistas en la pasada Junta General de Accionistas de la Sociedad y por la posición del consejo de administración al no adoptar medidas que, desde su punto de vista, garantizarían el buen gobierno corporativo de la sociedad", apuntó entonces. Así, Spencer Stuart elabora una shortlist con una docena de candidatas para ocupar estas sillas, la mayor parte de ellas mujeres, para tratar de cumplir con las recomendaciones de buen gobierno corporativo que exigen un 40% de féminas en el máximo órgano de las compañías cotizadas –ahora solo hay tres mujeres de once miembros, el 27%, si no se computa la anunciada salida de Menéndez–. Una vez sea entregada a la comisión de Nombramientos de este órgano, dominado por el accionista mayoritario, la Fundación Unicaja, –de él forman parte las dos independientes que quedan en el consejo, María Luisa Arjonilla y Carolina Martínez Caro, una de cada bando, asturiano y malagueño, respectivamente, y un dominical del accionista mayoritario, Juan Antonio Izaguirre– se redactará una propuesta definitiva con los cuatro nombres de los nuevos independientes y se iniciará el trámite formal definitivo. Estos perfiles estarán centrados, según fuentes conocedoras, en sectores como el de la auditoría, control y finanzas, las nuevas tecnologías, los principios ESG y los recursos humanos.
El conflicto laboral
Con este telón de fondo, el conflicto laboral que llegó a Unicaja tras la fusión con Liberbank ha seguido cogiendo cuerpo y desde la necesidad de "reconducir la liberbankarización del modelo de negocio y las relaciones laborales" que denunciaban desde CCOO en la junta de accionistas del pasado mes de marzo o "el tablero de juego donde se enfrentan supuestos intereses malagueños contra un bloque asturiano" que ponía sobre la mesa Cesica, se ha pasado a las movilizaciones frente a la sede de la entidad en Málaga y a proclamas en las que se señala que los trabajadores "no aguantan más", pidiendo menor presión y mejoras salariales, así como la equiparación de las categorías y retribuciones de los trabajadores de provenientes de Liberbank y los que ya estaban en Unicaja.
El presidente de la entidad, Manuel Azuaga, señaló en ese momento que "se están tomando medidas y van a seguir tomándose para normalizar la situación tras la fusión", abogando por el diálogo, el consenso y el acuerdo con los representantes de los trabajadores. Cuatro meses después, las protestas siguen e, incluso, se intensifican.
Este mes de julio es, por tanto, un momento clave para sentar las bases del futuro de la entidad, tanto a nivel de gobierno corporativo como de gestión del día a día del banco. En definitiva, un verano caliente que, con cinco focos de atención (la búsqueda de nuevo consejero delegado, la elección de cuatro independientes, la pérdida de poderes ejecutivos del presidente, Manuel Azuaga, las cuentas del primer semestre del año y los conflictos laborales) amenaza con caldear el ambiente de la antigua caja malagueña en pleno mes de julio.