Purísima Seguros salva la penúltima etapa de la supervisión vigilada por parte de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). El organismo supervisor ha acordado cerrar el expediente de disolución que le abrió cuando la compañía se vio al borde del precipicio el pasado verano al intentar provisionar de golpe el déficit patrimonial que arrastraba.
Para la compañía de decesos, el cierre del expediente de disolución "es un reconocimiento al compromiso de la nueva junta directiva con la historia de la mutualidad y con el mandamiento de sus mutualistas de demostrar la solvencia de la entidad".
"Seguimos trabajando en estrecha colaboración con la DGSFP, proporcionando toda la información requerida y demostrando nuestro firme compromiso con la protección de nuestros mutualistas", indicó .
Supone, a su juicio, un paso más "para la recuperación de la normalidad" pese a que la DGSFP aún mantiene abierto el expediente de medidas de control especial y no se ha concluido el proceso de inspección.
Los problemas de la compañía se remontan a la integración, en 2008, de los bienes y obligaciones de la Archicofradía de la Purísima Concepción y tras constituirse en mutualidad, operaciones que originan un desfase patrimonial por los compromisos adquiridos con los archicofrades que no figuraban dotados conforme a la normativa.
Entonces planifica, con la aprobación del supervisor, unas dotaciones progresivas, pero los antiguos gestores de la mutualidad quisieron apresurar el saneamiento contra las cuentas de 2021, llevando a la compañía al filo de la liquidación. La nueva directiva ha solventando el problema recuperando las dotaciones progresivas.
La reformulación de esa cuentas convirtió la quiebra contable (pérdidas de 47 millones y 32 millones de desequilibrio patrimonial) en un patrimonio neto positivo de 15 millones y un exceso de activos sobre pasivos de más de 57 millones en solvencia, según la mutualidad.