La banca europea es robusta, según se afanan en trasladar los supervisores desde que colapsó el californiano Silicon Valley Bank (SVB) y Credit Suisse entró en situación de emergencia, pero las fuertes volatilidades de los mercados amenazan con erosionar su rentabilidad por varias vías.
El último envite llega con la decisión del banco central suizo de cargar el rescate de Credit Suisse a instrumentos contingentes perpetuos como los AT1 (ver noticia adjunta).
Tal medida noqueó ayer este tipo de emisiones, obligando al Banco Central Europeo (BCE), la Junta Única de Resolución (JUR) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) a fijar un cortafuegos, garantizando que el protocolo de salvamento sigue inalterado: primero asumen el quebranto los accionistas y después los tenedores de deuda emitida, ahora bajo foco.
"Ante esa situación (no comparable a la UE donde sí existe ese orden de prelación) los instrumentos de financiación mayorista se han encarecido en el mercado, lo cual, de mantenerse, llevaría a una menor rentabilidad de la banca (vía mayor coste de financiación) y, por tanto, caídas en las cotizaciones de la misma", explicaron en una entidad financiera.
"Yo no me aventuraría a decir que hay cambios estructurales derivados de lo que está pasando en estas semanas. Es muy pronto y nos pillan muy alejados los epicentros. Hay que esperar a que las aguas se calmen un poco", aconsejan desde otra entidad antes de buscar implicaciones.
Sin embargo, llueve sobre mojado. La convulsión en la deuda más sofisticada pone en juego el fondeo y su encarecimiento erosionaría unos márgenes con riesgo de no ensancharse ya tanto como se proyectaba antes de la caída de la entidad de California si los bancos centrales, como se presume, frenan las subidas de tipos hasta que escampe.
El euríbor cerró, de hecho, ayer en el 3,395%, por debajo del 3,5% donde el BCE ha situado el precio del dinero, y hace escasos días rozaba el 4% en un rally casi lineal y vertical. Su inflexión ocurre, precisamente, de la mano de los actuales problemas y descuenta que los tipos no escalarán al ritmo previsto. Se estimaba que una subida de 100 puntos básicos en los tipos (un punto porcentual) permitiría aumentar en 3.100-3.500 millones de euros el margen de intereses a la banca española en un plazo de 12 meses.
El detonante de los problemas ha sido las sangrías incontenibles de depósitos. La banca europea y, por derivada la española, nada tiene que ver con la construcción de las huchas de liquidez en las entidades dañadas, algo que le protegería de una propagación.
"La banca de inversión de EEUU y Suiza tiene una concentración de depósitos no cubiertos por fondos de depósitos que llega al 70-80%.En algunas entidades significa que solo cubren el 20% con los esquemas de garantía, de forma que, cuando hay dudas sobre el banco, el dinero vuela a la carrera. En España está entre el 60 y 70%", agregan las fuentes consultadas.
El coeficiente de liquidez alcanza el 184% del mínimo regulatorio exigible, superior al 165% de la banca de la eurozona y lejos del 118% en EEUU.
El riesgo con el pánico desatado en la deuda AT1, si no se corrige pronto, es que impongan "unas condiciones financieras más duras para el sector, al menos, en las próximas semanas", impidiendo colocaciones de deuda o forzando que se realicen a "precios desorbitados".
Bajo este escenario, un riesgo es que se declarase algún tipo de carrera por enseñar los mejores colchones de liquidez al mercado buscando tranquilizarlo. Y una vía a explorar que apuntan es activar la captación de ahorro minorista ofreciendo mayores remuneraciones ya que apenas renta (en enero se pagaba un 0,59% TAE por dinero nuevo), aunque sería otro punto de erosión del margen y la rentabilidad.
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