Las sanciones que están imponiendo los países occidentales a Rusia están transformando por completo las rutas que seguían los flujos de petróleo desde su origen (países productores) hasta sus destinos (refinerías y países importadores). En un intento por esquivar las sanciones de la UE y mantener sus exportaciones de crudo, Rusia ha alquilado y comprado una cantidad importante de pequeños buques para mover el petróleo de un lugar a otro, intentando mantener su rentabilidad, con tan 'mala suerte' para España que uno de los lugares elegidos para realizar los trasvases de crudo de barcos pequeños a otros petroleros más grandes se encuentra cerca de las costas de Ceuta. España ha intentado evitar que estas peligrosas operaciones se produzcan en esas aguas con nulos resultados.
