Desde el día 1 de este mes, está previsto que Antonio Garamendi cobre su salario, en calidad de presidente de CEOE, como trabajador adscrito al régimen general de la Seguridad Social, en las mismas condiciones que son características para consejeros delegados y presidentes ejecutivos de empresas. Así lo confirman a elEconomista.es fuentes oficiales de la patronal.
Garamendi y la organización patronal regularizan así la relación laboral que mantenían desde 2019, según la cual el líder de la patronal contaba con estatus únicamente de autónomo sujeto al régimen de cotización de los trabajadores por cuenta propia (el llamado RETA).
Ahora pasará a ser, en nomenclatura técnicos, un autónomo adscrito al registro general de cotización, lo que implica asemejarlo, en términos de tributación por IRPF y, sobre todo, de pago de cotizaciones sociales, a los trabajadores por cuenta ajena que desempeñan altas responsabilidades.
La prolongación del estatus de Garamendi como un trabajador autónomo en el sentido más común habría acarreado el riesgo de que en el futuro se planteara un conflicto con la Seguridad Social, una posibilidad que queda ahora descartada después de la decisión tomada en la más reciente Junta Directiva de CEOE, y que debe aprobar la Comisión de Control Presupuestario y Financiero.
En los últimos momentos de esa reunión, que tuvo lugar a finales del pasado enero, tomó la palabra la presidenta de esta Comisión, Alejandra Kindelán. La también presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB) invocó un informe elaborado por los propios servicios jurídicos de CEOE. En dicho documento, los expertos ponían de manifiesto la posibilidad de que la Seguridad Social viera como una irregularidad que una persona con las altas responsabilidades de Garamendi, y dado el volumen de su sueldo (350.000 euros brutos al año; 380.000 euros con las actualizaciones pendientes desde 2021), no contara con una vinculación laboral más acorde a esa posición clave en el organigrama de la institución.
Base máxima de cotización
En concreto, la Seguridad Social podría considerar que la CEOE incurría en una infracción administrativa (en ningún caso un delito) si la patronal continuaba sin hacerse cargo el pago de las cuotas anuales que corresponderían a Garamendi como un empleado registrado en el régimen general de la Seguridad Social, cotizando por la base máxima tal y como corresponde a una remuneración de la cuantía de la que el patrón de patronos percibe.
Kindelán propuso en la Junta Directiva regularizar la situación en el sentido que los juristas defendían y así se aprobó, por unanimidad, en la reunión de la cúpula de la organización patronal.
El paso al régimen general implica, entre otros cambios, que los rendimientos del trabajo tributan en su totalidad en el IRPF. No obstante, la principal modificación tiene que ver con el hecho de que el empleador, en este caso la CEOE, pasa a ocuparse del grueso de los pagos a la Seguridad Social vinculados a Garamendi.
Sin indemnización
No obstante, como era previsible, la vinculación laboral del presidente de la patronal no es idéntica en todo a la de un trabajador ordinario del régimen general de cotización. Garamendi, como otros altos ejecutivos, no incluye las cuotas destinadas a prestación por desempleo ni tampoco las propias del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). Tampoco generan derecho alguno a indemnización una vez que terminen su mandato.
El actual líder de los empresarios también ha marcado diferencias con respecto a sus antecesores en el cargo en cuanto a su retribución. No en vano, ni Juan Rosell, entre 2010 y 2018, ni el polémico Gerardo Díaz Ferrán, entre 2007 y 2010, cobraban por ocupar este puesto. Es necesario remontarse a la época del fallecido José María Cuevas (cuyo mandato duró de 1984 a 2007) para encontrar una situación semejante, con un salario asignado al patrón de patronos.
Su remuneración aumenta un 9%
Los cambios en cuanto a su tributación por IRPF y al pago de cotizaciones sociales no son las únicas modificaciones que el presidente de la CEOE experimenta en su remuneración.
Esta última estaba fijada en 350.000 euros brutos anuales distinguiendo por un lado 300.000 fijos y 50.000 en concepto de variable. Ahora, tras la última Junta Directiva de la organización, esa distinción desaparece y todo pasa a considerarse remuneración fija.
La Junta Directiva cuenta con la atribución de actualizar anualmente el salario del presidente y así lo hizo en su reunión de finales del pasado enero. En concreto dio su plácet a un incremento del 3% en 2023, porcentaje acordado para el conjunto de la plantilla de la patronal. Ahora bien también estaban pendientes las actualizaciones propias de los dos años anteriores (un 3,5% relativo a 2022 y un 0,8% para el ejercicio 2021). El acumulado de todos esos porcentajes se sitúa en el 7,3%.
El efecto real que dicho incremento acumula se aproxima más al 9% de acuerdo con fuentes conocedoras de los términos en que se llevó a cabo la actualización.
Como resultado, la remuneración de Garamendi como presidente de CEOE se sitúa actualmente en el entorno de los 380.000 euros anuales.
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