Editorial
China rebajó sus expectativas de crecimiento para 2016 a niveles incluso inferiores al 6,9% de 2015, el cual ya despertó preocupaciones. Merece valorarse, con todo, el afán de Pekín de transmitir tranquilidad al asegurar que no se paraliza ante la desaceleración, sino que acometerá un plan de ajustes industrial.