Donald Trump se ha hecho famoso por sus cambios de chaqueta, giros de opinión y medias vueltas en la gran mayoría de sus ideas políticas. Pero hay un tema en el que el presidente de EEUU lleva cuatro décadas diciendo exactamente lo mismo, palabra por palabra, cada vez que alguien le pregunta: los aranceles. Un trauma en 1988, cuando un inversor japonés le arrebató un piano que había aparecido en la mítica película Casablanca, solidificó su odio por los déficits comerciales y su obsesión con poner aranceles a todos los países del mundo. Una posición que no ha cambiado un milímetro desde entonces y que hoy amenaza con arrasar la economía mundial.

Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.