Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.

Donald Trump se ha hecho famoso por sus cambios de chaqueta, giros de opinión y medias vueltas en la gran mayoría de sus ideas políticas. Pero hay un tema en el que el presidente de EEUU lleva cuatro décadas diciendo exactamente lo mismo, palabra por palabra, cada vez que alguien le pregunta: los aranceles. Un trauma en 1988, cuando un inversor japonés le arrebató un piano que había aparecido en la mítica película Casablanca, solidificó su odio por los déficits comerciales y su obsesión con poner aranceles a todos los países del mundo. Una posición que no ha cambiado un milímetro desde entonces y que hoy amenaza con arrasar la economía mundial.

Cuando Wall Street estaba esperando una posible paralización de los aranceles, Trump ha servido una taza más. El presidente de EEUU ha tuiteado en su red social Truth que impondrá aranceles extraordinarios de 50 puntos adicionales sobre China, disparando su tasa total al 104%, si el país asiático no retira los contraaranceles del 34% sobre las importaciones estadounidenses. Trump asegura que la orden se podrá en marcha este 9 de abril, y reitera que si cualquier país responde a los aranceles de Trump con contraaranceles, él los subirá aún más para ser el que los tenga más altos de todos.

Wall Street está al borde de un ataque de pánico, y cualquier mínima señal puede hacer que vuele o se hunda. Y un tuit falso, que citaba a un supuesto mensaje del Director del Consejo Económico Nacional de EEUU, Kevin Hassett, apuntando a un supuesto frenazo de los aranceles durante 90 días, ha llevado a los mercados a dispararse un 5% en cuestión de segundos, para borrar las ganancias inmediatamente después al demostrarse que era una noticia falsa.

Las bolsas estadounidenses han cerrado con sendas caídas una sesión marcada por la decisión de China de imponer aranceles del 34% a los productos importados de EEUU, en respuesta a las tasas anunciadas por Trump el pasado miércoles. El presidente norteamericano ha desatado una guerra comercial global con su política arancelaria contra todo el mundo, incrementando el temor a una depresión económica a nivel nacional e internacional: JP Morgan ha elevado el riesgo de recesión a nivel planetario del 40% al 60%. Este temor ha opacado los datos de empleo conocidos hoy, los cuales han dejado sensaciones contradictorias. En este contexto, Wall Street ha extendido las fuertes caídas experimentadas ayer, firmando su mayor repliegue desde el inicio de la pandemia, y obteniendo la mayor mengua en términos de valor producida en dos sesiones de toda la historia. También ha sido la cuarta mayor caída en términos de porcentaje en la historia del Dow Jones, solo superado por el crack del 29, el lunes negro de 1987 y el estallido de Lehman Brothers en 2008.

Si hay un país que ya ha vivido todas las crisis imaginables, ese es Argentina. Hiperinflación, impagos de deuda, falta de divisas, crisis cambiarias, pánicos bancarios... Cuando algún país está pasando por una etapa de turbulencia, un buen ejercicio es mirar a Argentina para saber qué ocurrió la vez que ellos ya pasaron por algo similar. Y la guerra arancelaria desatada por Donald Trump para reducir el déficit comercial de EEUU tiene un paralelismo en la que vivió el país sudamericano entre 2011 y 2015, cuando los fabricantes de coches acabaron comprando cacahuetes y arroz argentino para cumplir con las exigencias del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Las bolsas estadounidenses han cerrado con fortísimas caídas el día posterior al anuncio arancelario de Donald Trump. La ofensiva proteccionista de Washington contra todos los países del mundo ha provocado una hecatombe bursátil no vista desde los peores momentos de la pandemia. La mengua del lunes negro de agosto de 2024 palidece ante el repliegue experimentado por los parqués norteamericanos este miércoles, los cuales temen que EEUU entre en recesión como consecuencia de la política de aranceles de Trump. La volatilidad se ha disparado: el VIX, índice del miedo, se ha disparado más de un 35%.

Canadá ha decidido contraatacar a los aranceles de EEUU con su misma moneda. Tras la entrada en vigor de las tasas a los coches fabricados en Canadá (y en el resto del mundo), el primer ministro del país, Mark Carney, ha anunciado que pondrá un arancel del 25% a los automóviles fabricados en EEUU. Un paso más que pone en peligro el acuerdo comercial entre Canadá, México y EEUU (CUSMA), y que Donald Trump ha dejado al borde de la ruptura.

Trump ha anunciado el mayor ataque arancelario de la historia moderna. Un arancel base del 10% para todos los países del mundo, y una larga lista de naciones con tasas mayores. El presidente ha optado por atacar a cada uno de los países con los que tiene más déficit comercial con un tipo distinto, todos ellos mucho más altos de lo que se esperaba, y que llegan hasta el 50% en algunos casos. Los principales países afectados son los de la UE, que sufrirán un arancel del 20%, y China, que recibirá uno nuevo del 34%.

Fox News ya tiene competencia en Wall Street. Newsmax, una cadena de televisión que se ha hecho famosa por ser 'más trumpista que Fox', la cadena tradicional de la derecha estadounidense, se ha disparado en su salida a bolsa. La compañía ha multiplicado por 10 su valor en apenas dos días, superando los 18.000 millones de cotización y convirtiendo a su fundador en milmillonario.

Este 2 de abril -una fecha escogida a propósito para evitar el 1 de abril, día de los inocentes en los países anglosajones-, Donald Trump va a desatar la mayor guerra comercial de los últimos 95 años. Este miércoles será el "día de los aranceles", en el que el presidente de EEUU impondrá tasas a prácticamente todos los países de la Tierra. Como prometía en su primera campaña electoral, va a "construir el muro", pero uno económico, con el que bloquear las importaciones de todo el planeta. Un movimiento que Trump describe como "liberación" y "justicia", pero que puede golpear muy duramente a la economía mundial, con la propia EEUU a la cabeza de los afectados.