Redactor de elEconomista

La actualidad en el frente arancelario no está pasando desapercibida para los gestores de fondos. Si en marzo ya se apreciaron las primeras señales de rechazo a los activos estadounidenses por el miedo a una guerra comercial, la encuesta a gestores de abril confirma una huida en desbandada en bolsa estadounidense, y un deterioro en sus perspectivas macro, que tiene pocos precedentes. El desarrollo de las políticas comerciales de la nueva administración Trump ha hundido a los gestores, y ya tienen las peores perspectivas de crecimiento a 12 meses de los últimos 30 años, además de esperar un aterrizaje duro de la economía estadounidense a corto plazo, recesión mundial, y un nuevo ataque inflacionista. Wall Street se ha convertido en el activo más infraponderado de las carteras y los encuestados creen que el oro, en primer lugar, y la liquidez, en segundo, serán los activos que mejor se comporten este año, un giro radical frente a su opinión en marzo.

La reacción de los mercados en el mercado de divisas ante el ataque arancelario de Donald Trump al mundo está siendo muy clara: el dólar estadounidense está sufriendo las consecuencias de una política que no gusta a los inversores, y se está depreciando en su cruce con las principales monedas del planeta. Frente al euro, el billete verde ya pierde más de un 10% desde los mínimos de enero. Más allá de las reacciones a corto plazo, la gran pregunta que se plantea ahora es cómo se va a desarrollar la gran batalla por la hegemonía de las principales monedas del planeta, y si el euro será capaz de capitalizar la debilidad que está sufriendo el dólar, y su atractivo mundial, en medio de la guerra arancelaria.

El ataque arancelario de Donald Trump ha puesto a los mercados en una situación de tensión que puede pasar a ser crítica si el desarrollo de los acontecimientos sigue yendo por mal camino. Las caídas de las bolsas han llevado a Wall Street a entrar en su decimoséptimo mercado bajista en los últimos 105 años, y la deuda estadounidense está tensionándose cada vez más, en contra de los intereses de la administración americana, que pretendía justo lo contrario. Ya hay señales de tensión en algunas partes del mercado de crédito y los inversores parecen estar preguntándose hasta donde llegará la crisis que está iniciándose tras la medida de Trump. En este sentido, la Reserva Federal (Fed) puede tener un papel protagonista, y como ha hecho en el pasado, tendrá que salir a poner orden con una intervención, si la situación continúa deteriorándose, aunque es posible que tenga que buscar nuevas fórmulas anticrisis, si la inflación no le permite bajar tipos. Recordamos las cinco últimas crisis en las que la Fed se vio obligada a intervenir.

La crisis que ha desatado Donald Trump con su ataque arancelario está demostrando que el mercado no perdona y que la confianza en un activo se puede perder a la velocidad de la luz, si las condiciones lo justifican. El bono estadounidense ha sido el histórico bastión al que acudían los inversores en momentos de crisis e incertidumbre, algo que fue suficiente para que se le considerase el activo refugio por excelencia en el mundo. Durante décadas, ha sido la vara con la que comparar el resto de activos en el mercado, pero ahora, por primera vez, se está poniendo en duda la seguridad que ofrece el bono americano, en un momento en el que el endeudamiento y el déficit de Estados Unidos están disparados, y el presidente del país está llevando a cabo una política comercial, como mínimo, caótica, con cambios de estrategia bruscos.

Este miércoles el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un giro a su política arancelaria, al reducir todos los impuestos propuestos hasta una tarifa plana mundial del 10% durante los próximos 90 días, un periodo que aprovechará para negociar con los distintos países. Al mismo tiempo, incrementó los aranceles a China hasta el 120%, un porcentaje que este jueves se ha incrementado hasta el 145%. Si bien el mundo ha respirado aliviado tras el anuncio de Trump, hay un país, más allá de China, que no puede decir lo mismo: Estados Unidos. La agresividad de Trump con el arancel a China ha hecho que la tasa media que estaba sobre la mesa en los últimos prácticamente se mantenga sin cambios para el ciudadano estadounidense, algo que mantendrá le impacto negativo en la economía estadounidense: las presiones inflacionistas, y el daño al crecimiento económico, no se diluyen.

En los últimos días, el ataque arancelario de Donald Trump convenció a los inversores de que la Reserva Federal estadounidense tendría que salir al rescate de la economía estadounidense con un recorte de tipos de interés más agresivo de lo que se esperaba. Si el viernes se llegó a descontar hasta 5 bajadas de tipos en Estados Unidos en lo que queda de año, ahora los mercados ya sólo descuentan 3 recortes. En los primeros días de la semana se corrigió la expectativa hasta las 4 bajadas, y el anuncio de Trump de prorrogar 90 días la imposición de aranceles ha eliminado uno más.

Giro de guion en la guerra arancelaria. Donald Trump sí que ha cedido en su guerra arancelaria, resucitando a los mercados, que se disparan hasta un 8%. El presidente ha anunciado que dejará en el 10% los aranceles para todo el mundo durante tres meses, salvo para China. Pekín, con quien ha decidido centrar la batalla comercial, se llevará uno del 125% por su "falta de respeto".

Wall Street acaba de entrar en una nueva fase bajista, por decimosexta vez en los últimos 105 años. Desde que hay referencias del S&P 500, el selectivo ha sufrido dieciséis correcciones de más del 20%, una cada 6,5 años. Cuando esto ocurre, se considera que el índice bursátil ha entrado en un mercado bajista y que no sale de esta fase hasta que se produce un repunte superior al 20%. En la historia del selectivo en el último siglo, de media, una fase bajista se tarda en recuperar 4,5 años, y termina con caídas del 38,4%. Si la historia se repite, al principal índice de bolsa estadounidense todavía tendrá que sufrir mayores caídas.

En los últimos años, el sector de los semiconductores ha sido el gran protagonista de los mercados. Con el desarrollo de la inteligencia artificial de fondo, la promesa de un incremento de los beneficios especialmente fuerte para las empresas de la industria generó un rally que llevó al índice Philadelphia Semiconductor a subir un 85% desde octubre de 2023 hasta julio de 2024. Ahora, los inversores que se estaban lamentando por haberse perdido el rally tienen motivos para la alegría: desde los máximos del año pasado el índice ha perdido un 39%, y ha borrado toda la subida que se formó desde diciembre de 2023. El anuncio de DeepSeek a finales de enero fue el inicio del desplome para el sector, y el ataque arancelario de Donald Trump ha puesto la guinda en esta corrección.

Durante el fin de semana Scott Bessent ha puesto cifras en el ahorro de costes que ha supuesto el descenso de las rentabilidades de los bonos de Estados Unidos. Según el secretario del Tesoro, por la última reacción del mercado, en el tramo final de la semana pasada, se han ahorrado 100.000 millones de dólares en intereses, en un año en el que, al cierre del ejercicio, habrán llegado a vencimiento casi 9 billones de dólares en deuda pública, la mayor cantidad de la historia. Por su parte, Trump continúa insistiendo a la Reserva Federal para que baje tipos.