Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

¿Es positivo para una economía el hallazgo de petróleo? La lógica y la teoría dicen que sí, pero la práctica está plagada de fracasos e historias de conflictos por culpa de esta materia prima tan preciada. Uno de estos ejemplos fatídicos es el de Guinea Ecuatorial, un pequeño país africano que fue colonia de España hasta hace 'cuatro días' y que lleva más de una década sin crecer, estancada en la desigualdad, la pobreza, la criminalidad y la corrupción. Aunque son muchos los factores que han conducido al país a esta situación, el petróleo es sin duda uno de ellos. El boom del crudo a principios de los 2000 generó un espejismo de prosperidad que terminó estallando con la crisis financiera de 2007. Ahora, los mandatarios de este país quieren dar otra oportunidad al petróleo como vía de crecimiento (o enriquecimiento propio) antes de que esta materia prima comience a perder peso a nivel global.

Materias primas

La irrupción de Guyana en el mercado de petróleo ha sido rápida y poderosa, sobre todo si se tiene en cuenta que este país no producía ni un barril de petróleo en 2015 y que el tamaño de su población apenas alcanza los 800.000 habitantes. Pocos habrían apostado que unos años después este país se convertiría en la principal fuente de 'nuevo petróleo' del mundo. No conforme con eso, esta semana se ha presentado un nuevo proyecto que de aprobarse podría incrementar todavía más las previsiones de producción de crudo del país. Hasta ahora, se creía que el techo petrolero de Guyana se establecería en alrededor 1,2 millones de barriles diarios, una cifra ya desorbitada para un país de su tamaño y cuyo petróleo solo se encuentra en aguas ultra-profundas. Sin embargo, un nuevo proyecto de ExxonMobil, llamado Hammerhead, podría llevar la producción hasta rozar los 1,5 millones de barriles de petróleo por día.

Un impulso desinflacionario parece estar surgiendo del seno de los electorados occidentales y es aquel que va en contra de lo que se ha venido denominando greenflation (inflación verde, traducido del inglés). Este concepto encapsula el aumento de costes generalizado que ha supuesto, está suponiendo y supondrá la transición energética global en el marco de la lucha contra el cambio climático. El paso a energías renovables y a alternativas sostenibles y menos contaminantes lo más rápido posible está siendo costoso y algunos ciudadanos sienten que eso socava su bolsillo. El pálpito se ha escuchado en las últimas elecciones europeas, celebradas el pasado 9 de junio, y podría volver a sentirse en las elecciones presidenciales de EEUU el próximo mes de noviembre.

Una maldición pesa sobre Turquía: la inflación. Es imposible imaginar su divisa, la lira, sin el recuerdo de enormes devaluaciones. De hecho, la moneda otomana ha perdido desde 2021 un 74% frente al dólar. El país euroasiático que parecía haber atado con sus más y con sus menos el IPC la pasada década en torno del 7% ha visto cómo se disparaba al 70% en 2022 y el último mes registrado, mayo de 2024, todavía sigue en el 75,45%. Esta es la gran amenaza de la economía turca, que lleva ya un tiempo atrapada en esta espiral inflacionaria. Pero algo empieza a cambiar.

La exploración y extracción de petróleo offshore (en mar adentro) se ha convertido en la gran inversión de las petroleras. La mayor parte de los nuevos descubrimientos y grandes proyectos de la industria se encuentra en aguas profundas o ultraprofundas. Cada vez queda menos por explorar en la tierra y el petróleo sigue siendo necesario. Entre estos nuevos hallazgos destacan los de aguas profundas en África occidental, una región conocida por la producción de cacao o café, pero que ahora ha convertido en un objetivo de las grandes petroleras globales.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado el buen momento coyuntural de la economía de España, cuyo PIB creció un 0,8% intertrimestral en los tres primeros meses del año y un 2,5% interanual (respecto al mismo trimestre del año anterior), una revisión al alza de una décima respecto al avance publicado hace unas semanas. De este modo, la economía de España crece casi el triple que la zona euro (cuyo PIB avanza un 0,3%), lo que permite a España seguir recortando distancia en términos de PIB per cápita respecto a la zona euro tras la enorme brecha que se abrió durante la crisis del covid. La economía nacional se hundió con más intensidad durante el covid, pero está logrando una recuperación intensa que se mantiene incluso después de haber alcanzado los niveles de PIB previos al covid. España está liderando el crecimiento entre las grandes economías de la zona euro.

Más de año y medio después de que el G-7, encabezado por EEUU, y la UE se tomasen en serio el castigo al comercio ruso de petróleo, el balance de las medidas tomadas, especialmente el tope de 60 dólares al barril del petróleo de los Urales, no es muy positivo. Diversos analistas coinciden en que el protocolo ha hecho 'aguas' con muchas fases en las que el barril ruso ha superado considerablemente esa marca, en lo que se ha interpretado como una mezcla de cierta falta de celo de Occidente y una gran astucia por parte de Moscú con el despliegue de su flota fantasma. Aunque el Tesoro de EEUU empezó a apretar fuerte el pasado otoño haciendo requerimientos a navieras como las griegas, que han estado siendo el brazo ejecutor de Rusia; es Reino Unido quien puede haber encontrado el camino para acabar con la flota en la sombra de Vladímir Putin: sancionar e investigar directamente buque a buque de la flota en la sombra de Rusia.

Unas elecciones legislativas de alto riesgo político han activado una bomba financiera que llevaba amenazando en las sombras a todo el continente. La situación de Francia amenaza con ser crítica porque la elevada deuda, un enorme déficit estructural, la solución a medio plazo pasaba por reformas agresivas para cuadrar los presupuestos. Sin embargo, el ascenso de Marine Le Pen o la coalición de izquierdas ha puesto de acuerdo a agencias de deuda y expertos de que ese camino quedaría, probablemente, bloqueado, abriendo de par en par la puerta a una crisis crediticia. El propio ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, hablaba abiertamente de una hecatombe financiera al estilo de la que tumbó el breve mandato de Lizz Truss en Reino Unido, haciendo que la libre se desmorone y desatando el caos en los mercados.

Se habla mucho del buen momento de la economía de España, Portugal o incluso Grecia. Sin embargo, una pequeña y olvidada economía, situada a las orillas del Mediterráneo, se ha convertido en otra sorpresa positiva en la economía de la zona euro. Este país conocido por la belleza de sus playas y de sus ciudades, está convirtiéndose en una de las economías de mayor crecimiento dentro de la zona euro. El Fondo Monetario Internacional o la agencia Moody's han tenido que revisar al alza su crecimiento (también el banco central del país), mientras que la deuda pública está a punto de alcanzar el ratio 'mágico' del 60% sobre PIB, anotándose una caída de más de 20 puntos en los últimos años. Esta perla del Mediterráneo es Croacia, un país que está sabiendo aprovechar sus encantos naturales y culturales para apurar al máximo este ciclo de crecimiento económico que tiene a los países del sur de Europa como protagonistas.

Venezuela lleva años siendo esa promesa del petróleo que no termina de explotar. Con unas reservas probadas de crudo que superan los 300.000 millones de barriles (las mayores del mundo), la industria del país lleva años sufriendo una intensa decadencia que ha ido cercenando la producción de crudo hasta caer muy por debajo del millón diario de barriles (un país que llegó a producir 3,5 millones por día). Sin embargo, en los últimos meses se está produciendo algo con lo que muy pocos contaban. Aunque EEUU ha vuelto a reimponer las sanciones sobre el crudo venezolano (tras un breve paréntesis de 6 meses de levantamiento), los datos oficiales del Gobierno de Maduro revelan que la producción estaría resurgiendo de sus cenizas. ¿Hasta qué punto es este dato cierto? ¿Quién está produciendo más petróleo en Venezuela? ¿Cuál es la cantidad real de producción? La respuesta es un sí a medias.