Global Alumni
23/01/2020, 08:59
Thu, 23 Jan 2020 08:59:43 +0100
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Acostumbrados a debatir sobre el futuro de la educación superior y con un nuevo ministerio propio, la Universidad suele eclipsar a su hermano mediano, el Bachillerato, pero, sobre todo, a la benjamina Educación Secundaria Obligatoria (ESO). España es el país en el que los jóvenes que deciden que su porvenir pasa por el ámbito científico-tecnológico son aplaudidos mientras que el resto, los de letras, reciben un segundo puesto de consolación. En estas semanas, el debate sobre el "pin parental" ha puesto de manifiesto que la política y la educación pocas veces se centran en la verdadera situación de las aulas. Todo se decide con rapidez, sin planificación, se exige que con 14 – 15 años elijas el camino, y en cierta manera el futuro, pero en realidad son los adultos los que lo hacen sin contar con ellos. ¿Sabe una persona de quince años cuál es su vocación como para dejar de estudiar Tecnología en 4º de ESO? Anticipándome a sus inquietudes, ¿acaso son los padres o los políticos quienes deben lidiar con el diseño del itinerario formativo de los estudiantes?