El año que está a punto de terminar ha sido, por así decirlo, una prueba de fuego para los inversores con sesgo sostenible. 2024 no ha acompañado a estos perfiles, sobre todo a los que optan por invertir en las empresas de energías renovables. A éstas les penalizó, durante buena parte del año, el retraso en las bajadas de tipos (éstas les favorecen, ya que son firmas muy apalancadas). Y cuando por fin los bancos centrales iniciaron los recortes, llegó Donald Trump: la victoria del candidato republicano, con un claro perfil anti sostenibilidad, derrumbó las cotizaciones de estas compañías. El nuevo presidente podría retirar ayudas a algunas energías verdes (la eólica offshore no le gusta en absoluto, por ejemplo).