El final del verano marca el inicio de un nuevo curso político que aboca al Gobierno a ponerse las pilas para cumplir con Bruselas. La dilatación de los plazos del Plan de Recuperación pone a España en una difícil tesitura, no solo por sacar adelante una intrincada reforma fiscal, sino por cumplir con un calendario que acumula meses de retraso. El Gobierno de Sánchez deberá apurar los tiempos para pedir, antes de cierre de año, el quinto y sexto pago de fondos Next Generation que habían sido agendados para este 2024. Fondos por un valor de más de 11.600 millones de euros.