Economía

El fondo europeo de rescate avisa de que la seguridad energética será clave para la competitividad de la UE

  • En 2022, solo el 25% de la producción de energía era renovable
  • Considera que queda mucho camino para romper con los combustibles fósiles
Vista del gasoducto de Nord Stream.
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Con el recuerdo aún presente de la inseguridad energética que generó a la UE el corte de gas de Rusia, el bloque comunitario ha acelerado para reducir su consumo de combustibles fósiles. La estrategia pasa por impulsar las energías renovables. El fondo europeo de rescate considera, en un reciente artículo, que las tecnologías limpias podrían incrementar la seguridad energética y que ésta repercutirá de forma directa sobre la competitividad y resiliencia económica del club comunitario.

"Los países con un mix energético ampliamente diversificado y una alta proporción de energía producida localmente tienen más seguridad energética", apunta un reciente análisis del fondo europeo de rescate. Esta seguridad energética puede lograrse "reemplazando los combustibles fósiles importados por energías renovables y mejorando la eficiencia energética. Unos sistemas energéticos descarbonizados e independientes reducirán los costes energéticos a largo plazo y harán a Europa más resistente ante futuras crisis geopolíticas".

En 2022, la producción de energías renovables representaba el 25% del total de la zona euro, lo que implica que la transición energética está todavía lejos de haber sido completada. Aún queda "mucho camino por recorrer" para alcanzar los objetivos del Pacto Verde y, en última instancia, lograr una resiliencia económica estratégica y sostenible.

El Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM por sus siglas en inglés) apunta en un análisis que la seguridad energética "es esencial para la autonomía estratégica y la resiliencia económica de la zona euro". Si bien los cortes de gas de Rusia han minado los avances de la última década, los desafíos geopolíticos podrían profundizar en este riesgo. "Para mejorar la resistencia a las crisis de suministro energético, los miembros de la zona del euro deben seguir incrementando su uso de energías renovables, una prioridad en la política energética europea", subraya el documento.

El análisis apunta que la seguridad energética de la zona euro ha ido aumentando en las últimas décadas. Sin embargo, hay ciertos puntos flacos: Países Bajos ha experimentado un deterioro en este segmento por la eliminación de la producción a base de gas y Alemania se ha visto duramente golpeada no solo por el corte de suministro de Rusia sino también por la caída de la producción de energía nuclear previa.

En todo caso, los combustibles fósiles representan todavía una parte amplia de la tarta de producción energética en los países del euro, hasta el 70% del consumo energético. "Los Estados autoritarios pueden utilizar la restricción del suministro energético como instrumento de represalia en política exterior, como demostró Argelia cuando, en 2022, se retiró de su acuerdo de exportación de gas con España en respuesta al apoyo de este país al plan marroquí de autonomía del Sáhara Occidental", ilustra el análisis.

En consecuencia, el informe apunta que las crisis en el canal de Suez y en el canal de Panamá o el conflicto de Oriente Medio puede implicar riesgos de suministro y volatilidad en los precios.

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