Motor

Bruselas vuelve a rebajar el arancel máximo a los coches eléctricos chinos y fija una tarifa del 9% a los Tesla que vengan de allí

  • Rebaja el tipo máximo a las empresas que no hayan colaborado con la investigación al 36,3%
  • Eleva al 21,3% la tarifa a las empresas que han colaborado en el proceso
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
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Bruselas vuelve a corregir a la baja su propuesta de aranceles para las importaciones de baterías de vehículos eléctricos chinos. La medida, represalia del bloque a los subsidios que Pekín ha proporcionado a su industria, plantea como novedad un arancel del 9% a las importaciones de Tesla desde China y registra un ligero recorte de todas las tarifas propuestas hasta la fecha, a excepción de las que se aplican a las empresas que han colaborado en la investigación que la Comisión Europea lanzó en 2023. De esta manera, estas últimas firmas estarían sujetas a un tipo del 21,3%, frente al 20,8% que fijaba la última actualización de julio. El tipo máximo, que se aplicaría a las compañías que no hayan colaborado, se rebaja del 37,6% al 36,3%.

Una de las novedades de esta actualización es que por primera vez Bruselas fija una tasa a las importaciones de vehículos eléctricos de Telsa que procedan de Pekín, después de que la firma pidiera a la Comisión Europea un análisis específico de los subsidios recibidos. La tasa del 9%, según han explicado fuentes comunitarias, se corresponde con la cantidad de subsidios que la firma de Elon Musk percibe del Gobierno chino, una cuantía sustancialmente inferior frente a las empresas del gigante asiático.

La última revisión de Bruselas rebaja así al 36,3% el tipo máximo que se aplicaría a las empresas chinas que no han colaborado con la investigación, desde el 37,6% que fijaba en julio y que, a su vez, suponía una rebaja desde el 38,1% que planteaba inicialmente. Ocurre a la inversa con las empresas que han colaborado en el proceso. La Comisión Europea ha explicado que un error de cálculo ha obligado a un incremento al 21,3% para estas empresas, desde el 20,8% de hace un mes y por encima, también, del 21% que planteaba en un inicio.

Es así que, para las tres firmas principales de baterías de vehículos eléctricos investigadas, la Comisión Europea plantea tarifas del 36,3% para SAIC, 19,3% para Geely y 17% para BYD, frente a al 37,6%, 19,9% y 17,4%, respectivamente que planteaba en julio. En todo caso, estos tipos no estarán en vigor hasta su publicación en el Diario Oficial de la UE, un plazo que termina el 30 de octubre. Las tarifas no tendrían efecto retroactivo y estarán en vigor durante cinco años. Tales aranceles se aplicarán también a las joint ventures entre empresas europeas y chinas. En todo caso, ahora se inicia un nuevo periodo de consulta con las partes interesadas que podría afectar a la cifra final.

El Ejecutivo comunitario ha hecho pública este martes una actualización de las tarifas arancelarias que plantea aplicar a las importaciones de baterías de vehículos eléctricos de China, que se sumaría al arancel del 10% que aplica actualmente. Hace meses que Bruselas viene acusando a Pekín de competencia desleal en múltiples sectores, pero el que alberga un mayor potencial de daño para las firmas europeas es el del automóvil, con importantes inversiones en el gigante asiático por parte del motor europeo, especialmente, de compañías alemanas como Volkswagen y BMW.

El diálogo entre las autoridades chinas y europeas continúa, en una negociación en la que ambas partes tratan de encontrar una solución que no termine en una mayor tensión de las relaciones comerciales. Lo cierto es que el recibimiento de Pekín de los aranceles no fue precisamente positivo. Si Bruselas acusa a China de aplicar subvenciones "injustas" y de conferir ventaja competitiva a sus empresas, el gigante asiático tildó los aranceles de Europa de "proteccionistas" y "caza de brujas". Mientras tanto, Estados Unidos ya aplica aranceles del 100% a las importaciones de China en este sector, Canadá estudia dar el mismo paso y Brasil e India han tomado acciones en el mismo sentido.

La negociación entre ambas potencias trata de buscar fórmulas compatibles con las reglas de la Organización Mundial del Comercio. Unas reglas que la Comisión Europea considera que Pekín se ha saltado. Sin embargo, China no tardó mucho en reaccionar. El pasado 9 de agosto, presentó un recurso ante este organismo por la imposición por parte de la UE, efectiva desde el 5 de julio, de aranceles provisionales que considera "no tienen base legal". La tensión entre Bruselas y Pekín se intensifica con investigaciones, por parte de la primera, a los paneles solares, turbinas eólicas o productos sanitarios y al brandy y la carne porcina desde el gigante asiático.

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