Las tensiones comerciales que Washington ha ido sembrando por todo el globo abocaban a acercar posturas entre Bruselas y Pekín en un momento estratégicamente sensible. Pero aún con el caos generado por la administración Trump, parece que la Cumbre entre la UE y China que se tendrá lugar mañana tiene todos los números de quedarse en papel mojado. La reunión para celebrar el cincuenta aniversario de relaciones entre ambas partes se verá acotada a un encuentro sin resultados concretos, en un momento de crecientes tensiones por los aranceles y las limitaciones a las exportaciones de tierras raras.