Economía

Washington y Bruselas se alejan de un acuerdo tras el intento de Trump de superar aranceles del 10%

  • Plantearía excepciones para dispositivos médicos, aviación o bebidas alcohólicas
  • Francia pide a la Comisión Europea más dureza en las conversaciones
  • El canciller alemán y el presidente galo se reunirán mañana para hablar de los aranceles
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
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La perspectiva de un acuerdo entre Estados Unidos y la UE se diluye a medida que pasan los días. Lo que a principios de mes era optimismo por parte de Bruselas ante la posibilidad de llegar a un punto de encuentro, ahora se torna en un escenario más complejo. Y a poco más de una semana de que termine la tregua arancelaria ampliada entre la Casa Blanca y el bloque comunitario, la Comisión Europea empieza a delinear un escenario en el que no haya acuerdo. Bruselas sube el tono y se prepara para represalias en un contexto en el que la administración Trump plantea aranceles superiores a ese 10% que quiere la Comisión Europea.

La prórroga adicional que concedía el republicano, hasta el arranque de agosto, podría no haber sido más que un espejismo. La Unión Europea vuelve a la carga en una nueva semana de negociaciones en la que la perspectiva de no acuerdo es casi el escenario base. Y es así porque Washington estaría presionando por un arancel universal superior al 10%, la tasa que Bruselas ambiciona emulando la alianza entre EEUU y Reino Unido, con excepciones aplicables a dispositivos médicos, aviación, medicamentos, bebidas alcohólicas y ciertos equipos de fabricación, según informó Bloomberg.

Desde un principio Bruselas ha abogado por la negociación. Por llegar a un acuerdo, pero pasan las semanas y Washington sube la apuesta sin que la UE haya puesto sobre la mesa medidas de presión realmente efectivas. La última amenaza se concretaba en una carta de Trump que hablaba de un arancel del 30% sin que la UE pudiera hacer mucho más que recordar el paquete de represalias arancelarias que todavía tiene por aprobar. Encima, un paquete cuyo impacto económico se ha visto diluido de 100.000 millones a 72.000 millones.

En todo caso, la Comisión Europea se prepara para tomar represalias ante un escenario de no acuerdo. Lo hace, un poco, a instancias de Francia, que va un paso más allá. La paciencia parece haberse agotado en el Elíseo. París quiere incrementar la presión sobre la Casa Blanca tras semanas de negociaciones que no llevan a ningún lado. Tras la escalada ofensiva del otro lado del Atlántico, la UE pone la otra mejilla y aboga por el diálogo. De fondo, resuena la cuenta atrás del final de la tregua del 1 de agosto, que apremia a actuar.

El Ejecutivo de Emmanuel Macron considera que Bruselas está negociando con un aliado "que está incrementando la tensión de una guerra comercial que él mismo ha iniciado", ha informado Politico. Por este motivo, París pide firmeza y dureza a Bruselas. Considera que el diálogo es una buena fórmula, pero ante el incremento de presión, habría que cambiar de estrategia.

El presidente galo se verá las caras mañana con el canciller alemán, Friedrich Merz, en Berlín en un encuentro que pretende abordar la escalada arancelaria con Estados Unidos y un escenario de no acuerdo. Cabe recordar que, durante la Cumbre de Líderes de la UE que tuvo lugar a finales de junio las posturas de París y Berlín no estaban precisamente alineadas en cuanto a las negociaciones con Washington. Alemania quería un acuerdo rápido, quería dar certidumbre a los mercados, considerando que es la economía de la UE más expuesta al mercado norteamericano junto con la irlandesa. Francia, por su parte, quería un buen acuerdo, aunque llevara más tiempo, y llamaba a incrementar la presión.

Por el momento, la negociación versa sobre un límite máximo arancelario para ciertos sectores como el de dispositivos médicos o maquinaria. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, apuntó el lunes que EEUU incrementaría la presión sobre los países para "llegar a mejores acuerdos". Para él, la fecha límite del 1 de agosto no es tanto un plazo fijo como una fórmula de incrementar esa presión, ha informado la CBNC.

Por el momento, la relación comercial con la UE se encuentra desequilibrada. Trump ha anunciado aranceles del 25% al acero y al aluminio, que luego duplicó al 50%. A ello se suma el arancel universal del 20% a todas las importaciones procedentes de la UE en lo que dio en llamar "el día de la liberación" y un gravamen del 25% a los vehículos importados de Europa.

Bruselas, por su parte, solo ha respondido con una ronda de aranceles en respuesta al anuncio del acero y aluminio. Afectaría a bienes por valor de 20.000 millones de euros e incluye productos como las motos Harley Davidson, los vaqueros Levy's o la soja. En mayo, propuso otro paquete de aranceles por valor de 100.000 millones que se ha visto diluido hasta 72.000 millones de euros en las negociaciones con los Estados miembro y cuya negociación está congelada. La tregua arancelaria entre ambas partes ha dejado los gravámenes en suspenso, por el momento, hasta el 1 de agosto.

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