Puede que las medidas de confinamiento decretadas como consecuencia del Covid-19 lleven semanas relajándose gradualmente, pero la ansiedad con respecto a las perspectivas mundiales en materia económica y social no deja de crecer. Existen buenas razones para preocuparse: ya que empieza a sentirse una fuerte desaceleración económica y podríamos estar ante la peor depresión desde la década de 1930. Pero, aunque es un resultado probable, no es inevitable.

Fundador y presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial