La Comisión Europea (CE) ha dado esta semana una vuelta de tuerca a su voluntad de vigilar más de cerca las adquisiciones por parte de empresas extranjeras en territorio europeo. Si el mecanismo de control de la inversión extranjera directa (FDI Screening) fue un intento que se quedó a mitad de camino, la propuesta de reglamento sobre las subvenciones extranjeras que distorsionan el mercado interior aspira a llegar mucho más lejos. La norma, que establece normas y procedimientos para investigar y corregir dichas distorsiones, se aplicará a las ayudas concedidas por gobiernos no pertenecientes a la UE a empresas que ejerzan una actividad económica en territorio europeo.