Miembro del Consejo Editorial de 'elEconomista'-América

La educación financiera desempeña un papel crucial a la hora de capacitar a las personas a tomar decisiones informadas sobre su dinero y proporciona la base para comprender conceptos financieros básicos como el presupuesto, el ahorro, la inversión y la gestión de las deudas. Al enseñar a las personas a gestionar eficazmente su economía, la educación financiera puede ayudarles a alcanzar sus objetivos a corto plazo, como la compra de una vivienda o el pago de deudas, así como objetivos a largo plazo, como la planificación de la jubilación.

Mucho se habla de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) y, mas aún se habla de la necesidad de cuidar nuestro planeta frente a las consecuencias adversas del cambio climático, por lo que, en una buena parte de ocasiones, la 'E' emerge como un factor central en el debate sobre la sostenibilidad. Sin embargo, cada vez es más evidente que para avanzar como sociedad de una manera equilibrada es fundamental encontrar la combinación perfecta de los tres criterios. Un desafío que no es nada fácil de diseñar y mucho menos de ejecutar.

Es necesario que los ciudadanos tengan la capacidad de participar en las decisiones económicas y sociales que afectan a su bienestar a cambio de una conducta responsable en la sociedad en la que viven. Sin embargo, muchos de ellos se quedarán al margen de lo que debería ser un derecho irrenunciable si no logran una adecuada capacitación en temas económicos y financieros.

Juan Carlos Delrieu

Como anunciaban todas las encuestas, el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral y con más del 60% de las actas capturadas, ha ganado las elecciones con el 53% de los votos registrados. Un resultado abrumador propiciado por una población hastiada de vivir en un país en el que la inseguridad y la violencia, la corrupción y la impunidad, la desigualdad social y la ineficacia gubernamental, lastran todo su potencial.

Juan Carlos Delrieu

El panorama económico en México parece inmutable. La economía creció un 2,2% en 2017, por encima de lo previsto a inicios de año (aunque muy por debajo del crecimiento potencial, que se estima en porcentaje superior al 4%). Para este año, ni la incertidumbre derivada de las próximas elecciones presidenciales ni las secuelas causadas por los terribles daños naturales, parece poner en riesgo que la economía mexicana pueda volver a crecer cerca del 2%. Un escenario que puede generar una cierta complacencia, pero que esconde que México se enfrenta una vez más a un conjunto de políticas contrapuestas sobre las que parece existir un punto de equilibrio muy inestable.

Juan Carlos Delrieu

En el marco de una economía global que crece por encima del promedio histórico y de manera sincronizada en diferentes regiones del mundo, la economía española disfruta todavía del impulso propiciado por tres elementos fundamentales: la reforma laboral, la reestructuración del sistema financiero y el desapalancamiento del sector privado. Los tres factores han generado unas condiciones sobre las que el crecimiento económico en España parece inmune a los acontecimientos más adversos. De hecho, durante el año 2016 y en contra de todas las previsiones, la economía española registró un ritmo de crecimiento del 3,3% a pesar de que una buena parte del año transcurrió sin un Gobierno que guiara las directrices de nuestro país.

Opinión | Juan Carlos Delrieu

El año 2017 confirmó la capacidad de adaptación del sector bancario español a unas condiciones que, si bien han reflejado la fortaleza de la economía española, no por ello están exentas de unos formidables desafíos. De acuerdo con la información proporcionada por las propias entidades, el resultado atribuido de los bancos de la Asociación Española de Banca creció en 2017 un 5,1 por ciento respecto al año anterior. En consonancia con este resultado, la rentabilidad sobre el capital (ROE) continuó aumentando hasta situarse cerca del 8 por ciento, aunque sigue estando por debajo del coste de capital. La morosidad del sistema financiero español, según datos del Banco de España, cerró el año 2017 en el 7,8 por ciento, lo que representa el cuarto año consecutivo de descenso y el nivel más bajo de los últimos seis años.