Economista. Miembro del Consejo Editorial de elEconomista.es
Juan Carlos Delrieu

En el marco de una economía global que crece por encima del promedio histórico y de manera sincronizada en diferentes regiones del mundo, la economía española disfruta todavía del impulso propiciado por tres elementos fundamentales: la reforma laboral, la reestructuración del sistema financiero y el desapalancamiento del sector privado. Los tres factores han generado unas condiciones sobre las que el crecimiento económico en España parece inmune a los acontecimientos más adversos. De hecho, durante el año 2016 y en contra de todas las previsiones, la economía española registró un ritmo de crecimiento del 3,3% a pesar de que una buena parte del año transcurrió sin un Gobierno que guiara las directrices de nuestro país.

Opinión | Juan Carlos Delrieu

El año 2017 confirmó la capacidad de adaptación del sector bancario español a unas condiciones que, si bien han reflejado la fortaleza de la economía española, no por ello están exentas de unos formidables desafíos. De acuerdo con la información proporcionada por las propias entidades, el resultado atribuido de los bancos de la Asociación Española de Banca creció en 2017 un 5,1 por ciento respecto al año anterior. En consonancia con este resultado, la rentabilidad sobre el capital (ROE) continuó aumentando hasta situarse cerca del 8 por ciento, aunque sigue estando por debajo del coste de capital. La morosidad del sistema financiero español, según datos del Banco de España, cerró el año 2017 en el 7,8 por ciento, lo que representa el cuarto año consecutivo de descenso y el nivel más bajo de los últimos seis años.

Juan Carlos Delrieu

El pasado 1 de diciembre de 2016 el Congreso colombiano refrendó el acuerdo de paz con las FARC, el frente guerrillero más longevo de Latinoamérica, después de cuatro años de negociaciones formales, lo que pone fin a más de 50 años de conflicto en el país.

Opinión

Después de haber entrado en recesión durante el año 2016, Latinoamérica afronta un nuevo año con la posibilidad de ser el mercado emergente con el mayor repunte de actividad, aunque la magnitud del mismo vuelva a ser decepcionante al situarse muy por debajo de su potencial. Son varios los motivos que explican esta desilusión.

Opinión

Después de haber entrado en recesión durante el año 2016, Latinoamérica afronta un nuevo año con la posibilidad de ser el mercado emergente con el mayor repunte de actividad, aunque la magnitud del mismo vuelva a ser decepcionante al situarse muy por debajo de su potencial. Son varios los motivos que explican esta desilusión. Quizás el más llamativo y del que más se habla sea la incertidumbre que rodea el giro de la política norteamericana en sus relaciones comerciales con México y la región. Sin embargo, no es el único factor que amenaza el apetito de los inversores por estos países. El aumento de los tipos de interés en EEUU, la consecuente salida de los flujos de capital, con la volatilidad financiera que estas decisiones producen, y la aproximación de las elecciones en Argentina, Chile y Ecuador este año y en Colombia, México y Brasil en 2018, son elementos de riesgo para una región empeñada en avanzar siempre por detrás de los acontecimientos.

Juan Carlos Delrieu

En México, y en el mundo, crece la incertidumbre sobre la política comercial que el presidente electo en EEUU, Donald Trump, vaya a definir, y, en particular, sobre su deseo de modificar los acuerdos alcanzados en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Juan Carlos Delrieu

Transcurridas las tres cuartas partes del año, los problemas con los que comenzó el ejercicio siguen vigentes. En Europa, la tensión de los refugiados, la incertidumbre derivada tras el resultado del referéndum en el que los británicos votaron por salir de la Unión Europea y la falta de un sólido crecimiento económico, siguen siendo una fuente de preocupación.