Presidente de Telefónica
obituario

Ayer domingo tuve el doloroso deber de escribir a todos los consejeros de Telefónica para comunicarles que, de forma muy repentina, nos había dejado Javier Echenique, compañero de consejo, para todos un amigo y, además, una gran persona. Quizás las palabras que encabezan este homenaje, escritas por un miembro del Consejo al que todos admiramos, recogen de forma directa y profunda lo que sentimos.

(Texto íntegro que José María Álvarez-Pallete ha compartido este miércoles a través de su cuenta de LinkedIn) Es un día amargo para la familia Telefónica. Resulta muy difícil asumir el fallecimiento de César Alierta y aún es más difícil, imposible, decirle adiós del todo. No lo haré porque todas las despedidas tienen algo de olvido y a un corazón abierto de par en par como el de César, nuestro querido César, nunca se le podría olvidar. Para los grandes nunca baja el telón del todo. En estos momentos de dolor nos sentimos más cercanos aún a la familia de César Alierta y también todos, sin excepción, buscamos en el alma los recuerdos que César nos grabó para siempre a fuerza de cariño, pasión e inteligencia. Era como se le veía y se le veía como era. Así era él. Un corazón abierto de par en par con todos aquellos a los que quiso: amigos, compañeros, colegas. Y a Ana. Sobre todo a Ana. Su compañera leal, su brújula y su guía. Una mano tendida en la vida.

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