Socia de Grant Thornton

En tiempos de fragmentación geopolítica y creciente proteccionismo, resulta particularmente valioso observar cómo algunas de las alianzas económicas existentes, no solo sobreviven a los vaivenes internacionales, sino que se refuerzan.

Las empresas se enfrentan hoy en día a desafíos sin precedentes en un mundo caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre y la complejidad. Desde que estalló la pandemia, las organizaciones han aprendido que la innovación y la facilidad de adaptación a las distintas convulsiones son clave, no solo para asegurar la producción y la rentabilidad, sino también para mantener un nivel óptimo de competitividad. En este sentido, contar con equipos diversos y con talento femenino en posiciones de dirección no es solo es justo y deseable, sino un factor estratégico que aporta innovación, resiliencia y competitividad a las compañías en unos momentos complejos.

Tras meses de tramitación, el Parlamento español ha dado luz verde a la nueva Ley de Paridad, que tiene el objetivo de garantizar un mínimo del 40% de mujeres en órganos de poder de grandes empresas y también en la Administración. Más allá de la obligatoriedad que la nueva norma introduce en el segmento de empresas cotizadas, el nuevo escenario debería servir para que todas las compañías, sea cual su tamaño y situación, impulsen decididamente la diversidad de género directivo como un factor de crecimiento, atracción y compromiso con los factores ESG.

ISABEL PEREA Y AURORA SANZ

T ras casi un lustro de parálisis, el número de mujeres directivas toma de nuevo impulso. Las compañías españolas concentran en estos momentos un 30 por ciento de directivas, que desarrollan su labor en puestos de alta relevancia jerárquica. Esta cifra es un umbral casi psicológico y esperado, que alcanza la recomendación de la CNMV.

Isabel Perea

Durante el último año, las empresas de todo el mundo han dado un paso adelante y otro atrás en materia de diversidad de género. El porcentaje de empresas sin mujeres en puestos de alta dirección se ha reducido de forma considerable, del 34 al 25%, mientras que la proporción de mujeres directivas ha descendido ligeramente. En España, el dato de mujeres en la dirección se ha congelado por segundo año consecutivo en el 27%, aunque mejora el número de empresas sin ninguna mujer al mando, que desciende dos puntos hasta el 20%. Por comunidades autónomas con más presencia empresarial, Madrid se desmarca de la media nacional con un 33% de mujeres en puestos directivos, seguida por Cataluña y Comunidad Valenciana con un 26, Andalucía con un 24 y País Vasco con un 21%.

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