Responsable técnico del sector TIC en Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)

Tras varios años de adopción creciente y experimentación práctica, la inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta transversal en casi todos los sectores. Hemos pasado de la fascinación inicial al uso cotidiano de modelos de IA en múltiples ámbitos de la vida, desde asistentes virtuales con los que ya interactuamos muchos de nosotros, hasta herramientas que apoyan decisiones clínicas o financieras. Ahora que la tecnología ha alcanzado un cierto grado de madurez y la sociedad ha interiorizado su presencia, es momento de abordar dos de los grandes desafíos que definirán su evolución futura: la explicabilidad de los modelos (XAI, por sus siglas en inglés) y su sostenibilidad energética. La evolución de la IA ya no se mide solo por su precisión o potencia, sino también por su capacidad para ser comprendida y su impacto en el planeta.

La IA en conjunción con la robótica y la automatización tienen mucho que aportar al sector industrial, mejorando la eficiencia y la productividad de procesos industriales de todo tipo y haciéndolos más sostenibles. Desde CTA, como entidad que apoya, promueve y financia proyectos innovadores estamos siendo testigos proyectos innovadores que ya están transformando diferentes industrias, trayendo mejoras como la optimización de procesos, la disminución de tareas peligrosas, el mantenimiento predictivo y la reducción de la huella de carbono. En contra de lo que pudiera pensarse, se estima que la robótica podría crear hasta 20 millones de nuevos empleos en la manufactura para 203.

Avances que podrían parecen futuribles o parte de una película de ciencia ficción, son ya una realidad que pueden mejorar en gran medida nuestra salud y calidad de vida: prótesis low cost descargables de Internet y listas para imprimir en 3D por menos de 30 euros; impresión 3D de órganos vitales -por ejemplo, un corazón-, que permitirán practicar a los cirujanos antes de la intervención para reducir riesgos; sistemas de telemetría y biosensores que, alojados en nuestra ropa o en wearables, permitirán monitorizar nuestro estado de salud o kits avanzados de autodiagnóstico para hacernos en casa que detectan, entre otras enfermedades, el cáncer de colon.

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