Filiberto de Saboya atraviesa una etapa especialmente dulce en lo personal. Su noviazgo con la modelo Adriana Pascal va viento en popa, y juntos han protagonizado una de las estampas más románticas de este verano durante su viaje a Japón, con motivo de la gala de la Orden Dinástica de Saboya celebrada en Osaka. Sin embargo, mientras el amor sonríe al aristócrata, su patrimonio vuelve a estar en el foco: ha salido a la luz que ha puesto a la venta su exclusiva villa en Córcega.