Una parte significativa del monumento que es Correspondencia de Marcel Proust -veintiún tomos en la edición de Philip Kolb- versa sobre la gestión de su patrimonio. Proust heredó de sus padres una considerable fortuna que le hubiera permitido vivir con holgura hasta el final de una vida larga, pero su desorbitado tren de vida, su prodigalidad y, sobre todo, la impericia con la que gestionó su cartera de inversiones hizo que, pese a morir joven, lo hiciera poco menos que en la ruina. El principal destinatario de esta correspondencia fue su primo, Lionel Hausser, probo agente de cambio y bolsa de la banca Warburg, que hizo lo que pudo por protegerlo de sí mismo y salvaguardar su hacienda, pero al que hacía poco caso.

Catedrático de Universidad Complutense y Expresidente del Tribunal Constitucional