Todavía es habitual que en muchos establecimientos ofrezcan la tarjeta de cliente, que se va sellando conforme se realizan compras para obtener algún regalo, descuento, premio o promoción especial una vez estén todas las casillas completas. Es un sistema que, aunque sigue vigente, plantea diversos problemas. La tarjeta tiende a perderse u olvidarse, lo que dificulta que el comercio fidelice a sus clientes y no aumenten las ventas recurrentes porque no suele completarse. Tampoco se establece un contacto más directo con la clientela y es más complejo llegar a más personas.