Si las elecciones para elegir el presidente de la República Francesa de 2017 fueron en cierto modo disruptivas (no se volvió a presentar el presidente saliente François Hollande, los candidatos de los partidos tradicionales de la Derecha liberal y de la Izquierda Socialista se desplomaron y ninguno de ellos logró alcanzar la segunda vuelta) y dieron lugar a una recomposición completa de la escena política francesa, la próxima cita electoral del 10 y del 24 de abril en Francia puede dejar lugar a sorpresas inéditas que confieren un cierto interés a la vida política gala pero dejan entrever también nuevas preocupaciones dada la importancia del liderazgo de Francia en la Unión Europea.

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de la Sorbonne y exinvestigador de la Casa Velázquez