Presidente de Envac Iberia
Tribuna

No deja de ser sorprendente que personalidades relevantes de la escena pública, algunas en el ejercicio de responsabilidades políticas del máximo nivel, manifiesten un escaso interés por los asuntos medioambientales, tan escaso que incluso en ocasiones las hayamos escuchado poner en duda las evidencias del cambio climático. Por lo visto, ignoran que no estamos ante un asunto de opinión, sino ante un hecho científicamente comprobado, sobre el cual existe práctica unanimidad de toda la comunidad científica a nivel mundial. Esta nos viene advirtiendo desde hace ya muchos años de los riesgos para la salud de las personas, derivadas de la contaminación ambiental, de desastres ecológicos a gran escala (como el que se está perpetrando ya con la contaminación de los océanos), o de profundas crisis económicas que afectarán a países y regiones enteras. Si esta es la actitud que percibimos a nivel macro, en plano más cercano, el representado por las ciudades, las cosas no son muy diferentes a pesar constituir éstas un reto creciente para la gestión medioambiental del planeta. Actualmente, existen más de 50 ciudades en el mundo con más de 10 millones de habitantes, y según las previsiones de la ONU, en 2050, dos tercios de la población mundial vivirá en urbes cuyas dimensiones serán colosales.

Carlos Bernad

Los ayuntamientos empiezan a calentar motores de cara a 2020, cuando entrará en vigor la Directiva Europea Marco de Residuos, que impone a los países acometer la recogida selectiva de residuos con el fin de elevar hasta el 50% la cuota de reciclaje desde unos niveles que actualmente apenas si sobrepasa el 30%.

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