Un tinto que es la joya de la casa, elaborado únicamente en años de cosechas excelentes.
Un tinto que es la joya de la casa, elaborado únicamente en años de cosechas excelentes.
Una joya en el corazón de Valencia. La discreción ha regido los destinos de Yvonne Arcidiacono y Enrique Medina, propietarios de Apicius. Ella en sala y él en la cocina, forman un matrimonio de trayectoria ejemplar aunque poco mediática para los tiempos actuales y, por tanto, no tan conocida como merecerían. Ahora, en su décimo aniversario, sigue patente su asombrosa y sólida cocina de vanguardia.
Ravioli de sepia, pulpo y cigalitas con salsa de bogavante, pixín con trompetillas de la muerte, vinagreta y pipirrana o costillas de cabrito con su salteado de chalotas. Son algunos de los platos que se servirán en el restaurante asturiano Asgaya. Una cita especial para un menú disponible sólo la noche del jueves 22 de febrero, que se acompañará de grandes vinos seleccionados por Cvne.
El próximo día 6 de febrero arrancan las 'VIII Jornadas de la Angula', llegadas desde San Juan de la Arena (Asturias) en todos los restaurantes del Grupo La Máquina. Hasta fin de existencias, se ofrecerán dos platos de este cotizado producto: cazuela de angulas a la bilbaína (100gr , 65 euros) y angulas con huevos fritos y patatas, 32 euros. Un manjar exquisito y delicado aunque cada vez más escaso, a pesar de lo cual el Grupo La Máquina sigue una tradición instaurada desde hace siete años.
Comienza la temporada de lamprea, un ciclóstomo similar a la anguila, que llega con el frío del invierno y desaparece con los primeros cantos del cuco que anuncian la primavera. Fuera de Galicia, pocos restaurantes en Madrid ofrecen lamprea, un cotizado 'vampiro marino' que se alimenta de la sangre de peces más grandes al parasitarlos. Sus ojos están cubiertos por un grueso tejido opaco, la piel es viscosa y su boca se asemeja a una ventosa rodeada de hileras de dientes córneos... pero es un preciado bocado en la mesa.
Comienza la temporada de lamprea, un ciclóstomo similar a la anguila, que llega con el frío del invierno y desaparece con los primeros cantos del cuco que anuncian la primavera. Fuera de Galicia, pocos restaurantes en Madrid ofrecen lamprea, un cotizado 'vampiro marino' que se alimenta de la sangre de peces más grandes al parasitarlos. Sus ojos están cubiertos por un grueso tejido opaco, la piel es viscosa y su boca se asemeja a una ventosa rodeada de hileras de dientes córneos... pero es un preciado bocado en la mesa.
En el corazón del Madrid antiguo se encuentra este restaurante en el que el cocido madrileño se sigue elaborando en pucheros de barro sobre brasas de carbón de encina. Un guiso elaborado con paciencia y mimo, durante más de cuatro horas de cocción. A la antigua usanza y según una receta que proviene de 1879 cuando en aquel entonces la elaboraba la matriarca de la familia Verdasco, conocida hoy día por el famoso tenista, al que no es raro ver en sus mesas.
Un tinto elaborado en Villamanta (Madrid), calificado Vino de Mesa por voluntad de los bodegueros aunque de gran calidad.
En este local se comenzó a escribir la historia de Álvaro Castellanos e Ivan Morales. Estamos en el Arzábal originario y donde todo empezó. Hace tan sólo nueve años, dos jóvenes cocineros revolucionaron la oferta de las casas de comidas madrileñas al unir un excelso producto con técnicas actuales sin perder la tradición. Lo demás es historia y hoy esa fórmula se extiende a dos locales y una excepción: Kirikata. Por devenires del destino, aquel primer Arzábal es en la actualidad este restaurante japonés que inicia ahora nueva etapa.
Hasta el 4 de febrero se celebra Gastrofestival, promovido por el Ayuntamiento de Madrid y Madrid Fusión. Una cita ya en su novena edición ha sido acogida con gran éxito. Cuatrocientos cincuenta establecimientos e instituciones hacen de la gastronomía una gran fiesta a base de menús especiales, rutas culinarias, cursos de cocina, tapas... no faltan restaurantes para celiacos. Como novedades de este año, un apartado solidario para personas con pocos recursos, así como ‘gastrobocatas’, para hallar el perfecto bocadillo. Los mercados municipales imparten talleres, catas y degustaciones. Asimismo, varios restaurantes y bares repartidos por toda la ciudad participan en alguna de las secciones ya habituales, como son 'Degustatapas' o 'Nuestras Barras Favoritas con un Rioja’'