Responsable de Alianzas y Ecosistemas de Impact Hub Madrid

La tendencia humana a confundir causa y efecto es un fenómeno fascinante que se refleja en nuestra manera de abordar los problemas. Buscamos patrones en el entorno, pero no siempre logramos establecer relaciones correctas. El método científico intenta deshacerse de estas confusiones, basándose en modelos teóricos y observaciones empíricas para identificar las verdaderas causas. Sin embargo, hay quienes siguen aferrándose a patrones erróneos, infundados o malintencionados, aunque estos hayan sido refutados tanto teórica como empíricamente.

Si oyéramos por separado a cada uno de los instrumentos entonando cualquier pieza clásica compuesta para orquesta es muy posible que ni siquiera fuéramos capaces de distinguir cuál es. Y es que hay sonidos que sólo pueden alcanzarse combinando con armonía lo mejor de cada instrumento. Con los grandes objetivos socioeconómicos ocurre igual: no hay ningún país, ningún sector, ninguna empresa -por grande que sea- que pueda lograr por sí sola cambiar el rumbo de los acontecimientos. El futuro sólo podemos escribirlo entre todos y, si queremos que suene bien, más vale que empecemos a afinar y a acompasarnos con nuestros compañeros de sección.

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