La tendencia humana a confundir causa y efecto es un fenómeno fascinante que se refleja en nuestra manera de abordar los problemas. Buscamos patrones en el entorno, pero no siempre logramos establecer relaciones correctas. El método científico intenta deshacerse de estas confusiones, basándose en modelos teóricos y observaciones empíricas para identificar las verdaderas causas. Sin embargo, hay quienes siguen aferrándose a patrones erróneos, infundados o malintencionados, aunque estos hayan sido refutados tanto teórica como empíricamente.

Responsable de Alianzas y Ecosistemas de Impact Hub Madrid