
La fama de los pistachos es bien merecida, no solo por ser uno de los frutos secos más saludables del planeta, sino porque están deliciosos. La Fundación Española de Nutrición (FEN) los considera como "una buena fuente de proteína vegetal, lípidos y también ricos en hidratos de carbono".
Su origen es de Asia, pero en los últimos años se han llegado a producir en otros países como España, Estados Unidos o Afganistán. Muchos son los hogares que tienen este fruto seco como un snack sano, pero ¿qué pasa con sus cáscaras?
Un residuo que puede dar mucha vida a las plantas
Lo normal es, al igual que se hace con las pipas, que las cáscaras de los pistachos vayan directamente a la basura. Sin embargo, la cuenta de Instagram de @maximiliana.es tiene otras opciones muy útiles que pasan desde cuidar las plantas hasta ayudar un poco en una barbacoa.
"Ni se os ocurra tirarlas", empieza explicando antes de enseñar su truco más simple: "Ponerlo en el fondo de la maceta y ahora la tierra, plantáis y podéis adornarlo con más pistachos por encima o simplemente con la tierra", explica el proceso.
No se trata de un simple abono, ya que aunque sean biodegradables tardan en "desintegrarse" entre 1 y 3 años. "Esto hace de drenaje y las raíces se meten entre todo y respiran mucho mejor que si están con la tierra aprisionada", comenta también que es muy útil para regar y que el agua hidrate lar raíces sin que cojan "humedad de esa que se pudre la raíz".
"Esto es una bendición", exclama siguiendo con el vídeo a la vez que comenta que si se trituran y se echan en la tierra "no acudirán babosas ni otros insectos o sea que tiene mucha utilidad".
Combustible vegetal
También se comenta que para hacer una barbacoa las cáscaras de los pistachos son ideales y más efectivos que el papel para avivar las llamas, aunque hay que tener en cuenta algunas consideraciones de seguridad.
Lo primero es que tienen un alto poder calorífico, por lo que al ser duras, secas y ricas en aceites vegetales son perfectas para arder bien y generar calor.
Hay que tener en cuenta que se consumen más rápido que la madera, por lo que de por sí solas no podrán generar las brasas que se requieren para la barbacoa. Sin embargo, al generar poco humo es genial para dar un impulso al fuego.
Cómo usarlos bien
Si se usan tal cual sí que pueden hacer humo, por lo que hay que lavarlos y dejarlos que se sequen completamente al sol, o bien al horno (a unos 50ºC).
Después solo hay que usarlos como complemento al carbón o la leña y recuerda añadirlos poco a poco para mantener ese calor extra. Por lo general un puñado genera ya una llama considerable para avivar el fuego.
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