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El alcohol podría ser uno de los factores que permitió la evolución de los humanos: aumentaba las posibilidades de supervivencia

Fuente: iStock

Los estudios sobre la evolución del ser humano no dejan de sorprender día tras día a la comunidad científica. Gracias a los numerosos restos que se han encontrado, hoy en día hemos podido dar respuesta a numerosas conductas propias de las sociedades actuales.

Uno de los más sorprendentes hallazgos es el que comenta la profesora del biología animal, Victoria de Andrés Fernández, a través del portal The Conversation. En primer lugar, cabe destacar que las personas somos capaces de no sufrir graves intoxicaciones con el alcohol gracias a que disponemos de una proteína capaz de metabolizarlo: la isoenzima alcohol deshidrogenasa de clase IV (ADH4).

La proteína clave

Esta isoenzima, que se creía que solo se encontraba en las personas, también se ha descubierto que está presente en otras como los grandes simios, por lo que se trata de una característica muy ancestral. Si bien, una de las grandes ventajas evolutivas que nos permitió el consumo de alcohol fue aprender cómo extraerlo, a través de los frutos silvestres fermentados.

Este descubrimiento, que se produjo de forma accidental al consumir fruta en mal estado por error, podría haber supuesto una forma de supervivencia, puesto que ayudaba a disminuir los niveles de estrés y a activar el sistema de endorfinas del grupo, lo que podría haber desempeñado un papel muy importante en las sociedades de hominoides.

El alcohol como parte de la dieta

Hasta hace relativamente poco, se pensaba que el etanol (el tipo de alcohol menos tóxico) no formaba parte de la dieta paleolítica, puesto creían que su ingesta solo se había dado cuando los humanos comenzaron a almacenar los excedentes de alimentos. Posteriormente, se comprobó que su uso se hacía de forma intencional con el fin de buscar una sensación de embriaguez hace ya más de 10.000 años.

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